Al menos 43 muertos en un choque entre un autobús y un camión en Francia, el peor desde 1982

  • Al menos cuarenta y tres personas murieron el viernes en un choque frontal entre un autobús y un camión en el suroeste de Francia, en el peor accidente de carretera en los últimos 33 años en ese país.

La mayoría de las víctimas son personas de edad avanzada que iban de excursión. Los dos vehículos se incendiaron de inmediato tras el choque frontal. Varias de las víctimas murieron quemadas vivas.

El viernes subsistía la incertidumbre sobre la cifra exacta de fallecidos en el bus, ya que sigue sin aparecer la lista de pasajeros.

El camión se dedicaba al transporte de madera, pero en el momento de la colisión no llevaba carga. El chófer estaba acompañado de su hijo de tres años.

La colisión se produjo hacía las 07H30 hora local (05H30 GMT) en la comuna de Puisseguin, al noreste de Burdeos, en una carretera secundaria sinuosa, rodeada de viñedos.

"Es una catástrofe espantosa", declaró el primer ministro Manuel Valls, que acudió al lugar del accidente a mediodía, junto a los ministros de Interior y de Transporte, Bernard Cazeneuve y Alain Vidalies.

"El autobús quedó totalmente calcinado, igual que el camión", dijo un testigo que acompañó al primer ministro al lugar.

La prensa no podía acceder al sitio del accidente debido a la investigación en curso.

El presidente francés, François Hollande, de visita oficial en Atenas, afirmó que el gobierno "está totalmente movilizado por esta terrible tragedia".

No se descarta que el jefe de Estado, que manifestó su "tristeza" por "este terrible accidente", se dirija al sitio del accidente tras regresar de su viaje a Grecia.

En el autobús viajaban 48 personas, contando al chófer.

"El chófer del autobús resultó levemente herido. Tuvo el reflejo de abrir las puertas para permitir a un máximo de pasajeros salir del autobús", declaró el alcalde de la comuna de Puisseguin, Xavier Sublett, a los periodistas presentes.

Según el alcalde, el chófer del camión perdió el control de su vehículo e invadió el carril contrario, y el conductor del autobús no pudo evitar el accidente.

"Después del choque el vehículo se incendió rápidamente", explicó a la AFP el coronel Ghislain Réty, comandante de Gironde, quien también agradeció al chófer su rápida respuesta.

"Es un reflejo heroico que puso en peligro su vida (...) Fue él quien los ayudó como pudo a escapar, a salir del vehículo", contó a la AFP, Philippe Flipot, médico que asistió a los heridos.

Las autoridades también destacaron la conducta de un automovilista que iba detrás del bus que ayudó a los heridos rompiendo los vidrios para que las personas pudieran salir.

Ocho personas lograron escapar de las llamas. Cuatro de ellas están en "estado grave", dos quemadas de gravedad y dos con heridas en la cabeza, y las otras cuatro sufren heridas leves, dijo a la prensa el prefecto de la Región de Aquitania y del departamento francés de Gironda , Pierre Dartout.

"El lugar donde ocurrió el accidente es una curva extremadamente peligrosa", señaló el diputado ecologista Noël Mamère.

La investigación tendrá que determinar cómo el autobús pudo quemarse tan rápido, si se toma en cuenta que su motor estaba ubicado en la parte trasera.

El grupo de personas mayores, miembros de un club de la tercera edad de la pequeña localidad Petit-Palais-et-Cornemps de apenas 643 habitantes, había salido temprano por la mañana para realizar una excursión en los Pirineos Atlánticos.

"Perdí a demasiada gente de un solo golpe", se lamenta Jean Solans, un habitante de la localidad, que perdió a un hermano, a vecinos y amigos.

En Puisseguin se instaló una capilla ardiente y se dispuso una unidad de atención psicológica para las familias de los fallecidos.

Varias capitales dieron su pésame por el trágico accidente, entre ellos el gobierno de España que transmitió "sus más sinceras condolencias a los familiares de las víctimas (...) y autoridades de Francia".

Es el accidente de carretera más mortífero desde 1982 en Francia, año en el que una colisión entre dos autobuses dejó 53 muertos, entre ellos 44 niños, en una carretera en Dijon (este).

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