Al menos 6 muertos y 42 heridos en atentado en la capital de Kurdistán iraquí

Bagdad, 29 sep.- Al menos seis personas murieron hoy y otras 42 resultaron heridas en un atentado en Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí, según las fuerzas de seguridad kurdas, que informaron también de la muerte de seis terroristas.

Las fuentes explicaron en un comunicado que un coche bomba explotó cerca de una de las sedes de los llamados Asayish, los servicios secretos kurdo-iraquíes, en Erbil y, acto seguido, supuestos terroristas intentaron entrar en el edificio.

El grupo armado lanzó granadas y disparó contra las fuerzas kurdas, que se enfrentaron a los extremistas y mataron a seis de ellos.

Por su parte, los heridos son miembros de la policía y de las fuerzas kurdas, según el comunicado.

Previamente, el ministro de Sanidad del gobierno local, Rikut Hamo Rashid, señaló que una serie de explosiones se produjeron cerca de una sede de la inteligencia kurdo-iraquí, según la página web Pukmedia, de la Unión Patriótica del Kurdistán, PUK, liderada por el presidente iraquí, Yalal Talabani.

Medios de comunicación locales precisaron que cinco coches bomba estallaron en varias zonas de Erbil.

Uno de esos vehículos explotó en la calle 60, próxima al edificio de los Asayish, dijo una fuente policial a Efe.

Tras la cadena de ataques, las fuerzas de seguridad han emitido un comunicado, publicado en la página web del gobierno kurdo-iraquí, en el que solicitan a los ciudadanos de Erbil que tomen precauciones y no se acerquen al lugar del atentado.

Hasta ahora, el Kurdistán iraquí había permanecido a salvo de la violencia que asuela otras partes del país, ya que apenas se han registrado atentados en alguna de sus tres provincias.

En el resto de Irak, los ataques han aumentado, especialmente contra los chiíes y las fuerzas del orden.

Al menos treinta personas murieron hoy y otras cuarenta resultaron heridas en un ataque perpetrado por un supuesto suicida contra una mezquita chií al sur de Bagdad.

El pasado día 20, la mayoría de los líderes y partidos políticos iraquíes firmaron un pacto de "honor y paz social" para tratar de detener el derramamiento de sangre y la violencia sectaria que afecta al país.