Alemania también sufre la crisis… a su manera: comienza a retirar ayudas sociales para la búsqueda de empleo a los jóvenes europeos

  • Los inmigrantes comunitarios están recibiendo cartas anunciándoles la eliminación de una prestación para ayudar a encontrar empleo que hasta ahora recibían igual que los alemanes. La nueva medida, que afecta directamente a los españoles que buscan en Alemania una salida a la crisis, podría contradecir la directiva de la Unión Europea sobre la igualdad de trato a no nacionales.

Government Weekly Cabinet Meeting
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Borja de Miguel

"A verlas venir". Con estas palabras resume José, un chico de Navarra de 22 años, la situación que vive desde hace unas semanas tras la retirada de las ayudas sociales que el Gobierno alemán ha impuesto a los extranjeros europeos. Llegó a Berlín hace algo más de un año, se apuntó a cursos de alemán mañana y tarde y en agosto pasado pidió la ayuda Hartz IV.

Es un subsidio básico destinado a ayudar a buscar empleo los ciudadanos sin ingresos, que hasta ahora recibían tanto germanos como demás ciudadanos comunitarios residentes en Alemania (excepto Austria, por no formar parte del acuerdo de asistencia social firmado en los años 50).

A cambio, el beneficiario solo debía demostrar que se estaba buscando empleo de forma activa y que estudiaba alemán. Así José podría seguir estudiando la lengua y encontrar un buen trabajo en el país. Este joven prefiere mantenerse en el anonimato tras un nombre falso para poder hablar con libertad sobre la nueva situación.

José tiene hoy el nivel C1 –el que se exige a los extranjeros para entrar en la universidad- pero hace dos meses que no recibe las habituales ayudas del Estado germano. "Tenía la ayuda concedida hasta el 30 de abril, pero me la quitaron un mes antes. Me llegó una carta que hablaba de esta nueva ley y luego, al poco tiempo, me llegó otra para renovar el Hartz IV. Ni ellos se aclaran."

José fue a preguntar a su 'jobcenter' (la oficina de empleo estatal) y allí le derivaron a otra persona: "Más o menos, me dijo que me buscara un trabajo o me volviera a mi país, que aquí no están para mantener a nadie."

Miedo de la llegada de una ola masiva de parados

Según José, entre la sociedad alemana la idea de que los jóvenes del sur de Europa vienenpara vivir del cuento está bastante extendida.

Sea cierta o no esta visión, lo que algunos medios de comunicación en el país aseguran es que el Ejecutivo de Angela Merkel, con la crisis haciendo estragos en España, Grecia, Italia y Portugal, tiene miedo de la llegada de una ola masiva de parados. De alguna manera, había que cortar el efecto llamada provocado por la propia canciller al ofertar puestos de empleo a trabajadores cualificados del resto de Europa en los meses anteriores.

Bienvenidos los trabajadores cualificados... y ya solicitados

"Esta regulación sólo es aplicable a quienes no estén en activo. El Gobierno Federal sigue estando interesado en la contratación de trabajadores especializados solicitados", explican desde la Embajada Alemana de Madrid en unas respuestas autorizadas por el embajador, Reinhard Silberberg.

A José no le parece mal la eliminación de la ayuda, ya que "en España estamos acostumbrados a que no nos den nada". Naturalmente, él preferiría que la mantuvieran. Pero a condición de que, como él y muchos otros, el receptor estudie la lengua y se esfuerce por integrarse.

"Ahora somos la inmigración perfecta", opina. "Estamos formados, dispuestos a trabajar de lo que sea y queremos introducirnos en la sociedad. Pero el Gobierno alemán asume que estamos tan mal en nuestros países que aun quitándonos la ayuda nos vamos a quedar."

Carlos (también nombre falso), del País Vasco y de 31 años, se siente frustrado: "A parte de la dificultad de emigrar con una carrera, tres posgrados y no sé cuántos idiomas y sentirte una mierda, a eso le sumas que te van a cortar la única ayuda que tienes", lamenta.

Carlos llegó a Alemania en octubre de 2010 y un año más tarde pidió el subsidio, que le han concedido hasta agosto. Su responsable en el 'jobcenter' le dijo en enero que se buscara un trabajo estable –ahora tiene un pequeño empleo de subsistencia- porque, extraoficialmente, le informó de que no se lo iban a renovar.

"Eso de que España exporta ingenieros [aquí] pasa si Alemania los pide; si no, exporta camareros. Yo estoy detrás de una plaza que darán en julio. Si no me sale, caeré en una crisis y tendré que decidir qué hacer con mi vida".

La Embajada alemana avala en cierta manera esta visión: "En general podemos decir que, en el caso de muchas de las candidaturas de trabajadores especializados, la contratación fracasa por la falta de conocimientos de alemán".

Sin embargo, apunta que "las oportunidades de empleo para trabajadores no cualificados son bastante escasas. Tienen que competir con más de un millón de desempleados de larga duración en Alemania."

Dudas sobre la legalidad de la medida

Según Carlos, "cada uno cuenta la feria según le va y además hay mucha leyenda urbana" sobre esta nueva medida que afecta a los extranjeros comunitarios –no así a los alemanes- y que ya ha sido puesta en marcha.

Ello, a pesar de que expertos en Derecho Europeo del país e incluso varias sentencias judiciales advierten de que contradice una directiva comunitaria destinada a garantizar la igualdad de trato entre ciudadanos nacionales y no nacionales.

Ante esta situación, los afectados sin recursos económicos pueden acudir a abogados privados que –eso sí- costea el Gobierno de Angela Merkel para intentar revocar esta decisión.

Eso es precisamente lo que ha hecho Javier (nombre falso), un mallorquín de 26 años al que también acaban de suspender la ayuda.

"Yo empecé a oír rumores e intenté ahorrar. Entiendo la medida porque hay mucha gente que se aprovecha, pero hay mucha otra que no", asegura. "Ahora estamos recurriendo y está todo en el aire, pero mi abogada me ha dicho que tenemos un 70% de probabilidades de ganar".

Fridolin Hadelich es uno de estos abogados que lleva varios casos en Berlín y considera que las perspectivas respecto a los nuevos procesos que se juzguen son esperanzadoras, pero no excluye que el Ejecutivo alemán tome nuevas medidas para conseguir su objetivo de limitar la ayuda a los extranjeros comunitarios.

Para Hadelich, "éste puede ser el comienzo de una nueva situación social en Alemania respecto a la manera de encarar a sus extranjeros comunitarios que está aún por definirse".

En manos de los tribunales

Los afectados con los que ha hablado lainformacion.com se toman la nueva situación con deportividad y son los primeros en criticar a esa masa de "jetas que al primer día de llegar ya están pidiendo la ayuda y no tienen ninguna intención de trabajar en el país". Pero también señalan que no conocen "a nadie que haya venido aquí sólo por la ayuda".

Eduardo Rojo, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Autónoma de Barcelona, augura que "el conflicto llegará a los tribunales y probablemente se eleve una cuestión prejudicial sobre la interpretación de la normativa de la UE en materia de 'asistencia social' (término en el que cabría encuadrar el Hartz IV) y el principio de igualdad de trato para nacionales de Estados de la UE".

Ante esta polémica, la Embajada alemana en Madrid simplemente constata que "los tribunales están examinando si esta práctica es contraria al Convenio Europeo de Asistencia Social y Médica".

Subraya que "esta regulación sólo es aplicable a quienes no estén en activo" y que "no limita la posibilidad de los ciudadanos comunitarios de buscar un puesto de trabajo en Alemania o de establecerse allí".

En cualquier caso, la incertidumbre continúa para los inmigrantes europeos en Alemania –no sólo españoles-, que de entrada y si no recurren a los tribunales, van a encontrarse sin la opción de este apoyo económico.En clave: ¿Qué es el subsidio Hartz IV y a quién se lo han retirado?

En 1953, el Convenio Europeo de Asistencia Social y Médica garantizó a todos los ciudadanos de los países firmantes –un total de 17, entre ellos Alemania, España, Italia y Grecia- el derecho a una protección social idéntica, sea el solicitante ciudadano nacional o extranjero.

En Alemania, entre estas ayudas se encuentra el llamado Hartz IV, un subsidio de duración indefinida de 374 euros mensuales, que a veces se extiende a ayudas complementarias al alquiler, la educación y la salud, pudiendo llegar a rondar los 700 euros.

Hasta ahora, los ciudadanos comunitarios recién llegados al país podían demandarlo incluso sin haber trabajado nunca antes en el territorio. El convenio contenía, sin embargo, en su artículo 16 b una cláusula que dejaba una puerta abierta a modificaciones.

Es al amparo de este artículo cómo el Gobierno de Merkel ha decidido suprimir esta prestación a los ciudadanos de la UE que no hayan trabajado en el país un mínimo de un año o no dispongan de un contrato de trabajo de al menos 401 euros.

Expertos en derecho europeo como Dorothee Frings, de la Universidad Niederrhein, ya han señalado que la medida contradice el artículo 4 de la Directiva Europea 883/2004, que no permite distinciones entre nacionales y no nacionales. Sin embargo, esa misma directiva, en su artículo 3.5, señala que el reglamento no se aplica a las prestaciones de asistencia social.

El concepto de 'residencia' en el país, imprescindible para acceder al Hartz IV, también entraña dificultades de definición y requiere estudiar la regulación europea 987/2009. Es necesario ahora, entre otras cosas, determinar a nivel europeo qué se entiende por 'asistencia social'.

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