Ayna, Molinicos y Liétor

Amanece que no es poco... pero todavía es insuficiente: la España Vaciada de Cuerda

Amanece, que no es poco
Amanece, que no es poco
Miralmundo Alojamiento Rural

Una motocicleta con sidecar desciende por la rampa que desemboca en Molinicos, un pequeño pueblo situado en la Sierra del Segura. La conduce un Antonio Resines que, por aquel entonces, trabajaba como profesor en la Universidad de Oklahoma. A su lado, Luis Ciges, su padre en la ficción, exclama: "¡Aquí no hay ni Dios!... O a lo mejor es que son todos unos hijos de puta". La sutileza con la que Ciges concluye su suposición ha pasado a la historia como muchos otros diálogos de la cinta más celebrada del fallecido director José Luis Cuerda. Sin embargo, no solo cobraron fama las descacharrantes conversaciones o el surrealismo del clima que logró crear el cineasta; sino que Molinicos, Ayna y Liétor, los tres pueblos de Albacete en los que se rodó el filme, aparecieron en el mapa de la península como tres bombillas cuya luz -aunque, por momentos, resistente- se ha ido apagando poco a poco.

Los tres municipios han perdido población en los últimos treinta años. Sin ir más lejos, Ayna, el pueblo en el que más planos se rodaron y donde se hospedó el reparto, ha pasado de casi mil habitantes a 616 solo desde el año 2000. Y eso que, en palabras del alcalde, que en su día interpretó al 'niño deprimido' en la obra de Cuerda, el municipio trata de exprimir todo el zumo posible de 'Amanece, que no es poco'. No obstante, Juan Ángel Martínez reconoce que "la película no ha hecho rico a Ayna", pero sí que logra mantener encendida la llama del turismo con el goteo de 'fans' que se van dejando caer por el valle del río Mundo.  

-Yo mismo soy el presidente de la asociación de 'amanecistas'.- afirma orgulloso el alcalde. 

-Pero ese grupo de seguidores... ¿opera a nivel local o a nivel nacional?

-A nivel nacional, por supuesto. Es una de nuestras mayores fuentes de turismo

Amanece, que no es poco
Fotografía tomada durante el rodaje. / Emilio Palacios

Pero, por mucho empeño que pongan desde la asociación o desde el Ayuntamiento, en poco difiere la situación de Ayna a la de otros pueblos de la denominada España Vaciada. "Mucha gente se ha ido y y gran parte de la población que se ha quedado está jubilada". Los que todavía tienen edad de trabajar se dedican al turismo, al sector servicios o, incluso, viven en el pueblo, pero trabajan en otro municipio. De las tres localidades, Ayna es en la se que recuerdan con más nostalgia los días del rodaje. En sus calles se pueden encontrar multitud de carteles y placas en las que figuran los nombres de actores y actrices que participaron en la película y, en una plaza, hasta han instalado una réplica de aquella motocicleta con sidecar que conducía Resines

Al contrario de lo que pueda parecer, ninguno de los tres pueblos vive de la agricultura o la ganadería. "En Molinicos todo el mundo tiene su pequeña huerta, pero casi nadie se dedica por completo a ella". A Clara Sánchez, la agente cultural de la localidad, no le pasan desapercibidas las entrañables 'batallitas' que cuentan una y otra vez sus vecinos. Aunque ella todavía no vivía en el pueblo cuando Cuerda y compañía grabaron el filme, no se atreve a otorgar la calidad de 'motor económico' a aquel lance. "Sí que nos ha dado visibilidad, pero nuestra economía se ha beneficiado muy poco de ello". Los datos le dan la razón: desde 1989, la población se ha reducido a la mitad. Actualmente quedan algo más de 800 habitantes y más de la mitad están en edad de jubilación. 

Juan Pedro Collado, responsable de turismo de Liétor, la tercera de las localidades que aparecieron en 'Amanece, que no es poco', coincide con su homóloga de Molinicos: "Ahora se vive mejor que en el 89, pero económicamente estamos peor".

Collado también señala a la despoblación como principal problema del pueblo, a pesar de que Liétor, con 1.200 personas empadronadas, es el más grande de cuantos participaron en el filme. La mayoría de los vecinos trabaja en el sector servicios o en otras localidades y eso es un palo en las ruedas para el avance económico del municipio. Como Ayna y Molinicos, Liétor se aprovechó del 'boom' que experimentó la película de Cuerda con su veinte aniversario e incorporó a la ruta de 'Amanece, que no es poco' algunas de las localizaciones que se filmaron en el pueblo, entre ellas la Ermita de Belén

Amanece, que no es poco
Seguidiores representan una escena en una de las quedadas 'Amanecistas'. / T. G.

Un guión perdido y tres pueblos encontrados

El impacto económico de la película no ha sido definitivo en ninguno de los municipios, pero vecinos de los tres coinciden en que tuvieron que esperar dos décadas para vislumbrar algún efecto del turismo cinematográfico. Tras su estreno, la cinta pasó sin pena ni gloria por la escena española -no se llevó ninguno de los tres Goya a los que estaba nominada-, pero, con su veinte aniversario y casi de forma inesperada, empezó a subir la 'fiebre amanecista'. Fue entonces cuando las cabezas pensantes de Ayna, Molinicos y Liétor tejieron un plan para colar sus municipios en las guías de los cinéfilos y, especialmente, para transformarlos en la meca de los seguidores de José Luis Cuerda. 

Amanece, que no es poco
La Ermita de Belén fue escenario de algunos lances de la cinta. / Asociación de Turismo Rural Sierra del Segura

Aunque se han hecho esfuerzos por sacar a relucir todos los entresijos de lo que fue aquel rodaje y, así, ofrecer una experiencia completa a los turistas, todavía quedan secretos escondidos en los baúles, cajones y archivos. Son secretos forzados. Documentos extraviados con el paso del tiempo que "en algún sitio tienen que estar", se lamenta Francisco Navarro, quien fuera el cura de Molinicos y Ayna cuando Cuerda llegó desde Madrid con la intención de poner los pueblos patas arriba.

-Era un hombre muy cercano. Me pidió grabar algunos planos en la Ermita de Belén y yo le contesté que no había ningún problema.

-Incluso le llegó a dar un guión, ¿no es verdad?- Navarro titubea desde el otro lado del teléfono.

-No exactamente. Me dio unas notas del montaje que iban a hacer dentro de la ermita.

Después de tanto tiempo, esos papeles estarán acumulando polvo en alguna estantería, o doblados entre las páginas de algún libro viejo. ¿Quién iba a saber, por aquel entonces, que 'Amanece, que no es poco' terminaría por ser un clásico del cine español? De todos modos, el encanto de los tesoros ocultos juega un papel específico en el 'escenario de película' que han logrado construir los vecinos y autoridades en Ayna, Molinicos y Liétor. En medio de la España Vaciada -sea lo que sea eso- existe un lugar, la Sierra del Segura, donde José Luis Cuerda no dejará nunca de existir... siempre y cuando la despoblación no acabe con los pueblos en los que vive. 

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