Amical Mauthausen deplora ausencia de dirigentes españoles en homenaje campo

Barcelona, 16 may.- La entidad de Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo de España ha deplorado hoy la ausencia de representantes del Gobierno español y de Cataluña en el homenaje que se rindió la pasada semana a los deportados en ese campo de concentración.

Acompañando a los supervivientes españoles del campo de Mauthausen (Austria) y de otros campos nazis sólo estuvieron los pasados días 10, 11 y 12 un representante de la embajada de España en Austria, así como los concejales de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) Sílvia Tordera y de Manresa (Barcelona) Joan Calmet.

En un comunicado, Amical de Mauthausen lamenta la soledad de los supervivientes españoles en contraste con la gran cantidad de dirigentes franceses, polacos, austríacos, húngaros, checos y de otras nacionalidades que apoyaban con su presencia el recuerdo de sus ciudadanos fallecidos en los campos de concentración nazis.

"Quizás los republicanos deportados a los campos nazis aún no merecen en su país el reconocimiento como primeros luchadores antifascistas, mientras que para otras naciones europeas merecen el reconocimiento de héroes", se indica en la nota.

Esta omisión de dirigentes españoles ya se produjo hace unas semanas en el homenaje de recuerdo que se realizó en el campo de concentración de Buchenwald, uno de los más grandes y en el que se estima estuvieron presas más de 250.000 personas, de las que fallecieron unas 56.000.

En total, de unos 35.000 españoles que participaron en la Segunda Guerra Mundial junto a los aliados, cerca de 10.000 acabaron en los campos de concentración alemanes.

Mauthausen es conocido como "El campo de los españoles", ya que fueron albañiles españoles los que construyeron gran parte del campo, a donde llegaron ya el año 1940, tras el Armisticio francés.

La labor de la organización española en el campo de Mauthausen fue crucial, porque cuando en 1942 comenzaron a llegar deportados procedentes de la resistencia francesa y del frente ruso, los españoles eran los veteranos del campo y ayudaron y transmitieron sus conocimientos para sobrevivir a los recién llegados.

Además, el hecho de que desempeñaran diversas actividades de gestión en el campo, como la sala de duchas, supusieron salvar la vida a más de un compañero.

Los documentos gráficos que uno de los presos españoles, el catalán Francesc Boix, fotógrafo del campo, consiguió esconder hasta el final de la guerra fueron fundamentales durante los juicios a los máximos dirigentes del horror nazi, en Nuremberg.