Amsterdam recibe a San Nicolás entre protestas por racismo

  • Amsterdam celebró hoy la tradicional llegada de San Nicolas, el Santa Claus europeo, con entusiasmo de los niños holandeses, pero en paralelo a una concentración contra el supuesto carácter racista del paje negro que le ayuda a repartir los regalos, informa el diario holandés De Telegraaf en su pagina web.

Bruselas, 17 nov.- Amsterdam celebró hoy la tradicional llegada de San Nicolas, el Santa Claus europeo, con entusiasmo de los niños holandeses, pero en paralelo a una concentración contra el supuesto carácter racista del paje negro que le ayuda a repartir los regalos, informa el diario holandés De Telegraaf en su pagina web.

La celebración, un acto que cada año congrega a miles de personas, había sido puesta en duda por las críticas de diversos colectivos contra la figura del paje, pero finalmente recibió autorización la semana pasada de un juzgado de Amsterdam que consideró que no representaba un riesgo para la seguridad pública.

Conocido como "Zwarte Piet" (Pedro Negro), el ayudante de San Nicolas lleva la cara pintada de negro, los labios rojos y una peluca rizada, y para algunos encarna una imagen propia del colonialismo y supone una discriminación contra las personas de origen africano.

La protesta, que consistió en varias decenas de personas que dieron la espalda en silencio a la procesión de entrada del santo, se concentró en la plaza Dam de Amsterdam y se desarrolló sin incidentes graves, según los medios holandeses.

La llegada de San Nicolás -de quien deriva la figura de Santa Claus- también se celebró este fin de semana en otras ciudades de Holanda y Bélgica, en algunas de las cuales también se reprodujeron las protestas.

Su entrada en Amsterdam es uno de los actos más multitudinarios que tienen lugar cada año en la capital holandesa y en él participan unas 300.000 personas, unas 500 disfrazadas de Zwarte Piet.

Aunque el festejo de San Nicolás tiene siglos de antigüedad, el añadido de Zwarte Piet es del siglo XIX y según los expertos se debe a un libro infantil de Jan Schenkman titulado "San Nicolás y su sirviente", en el que aparece la figura por primera vez.

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