Artista japonés no tiene tiempo para el manga, pero celebra su gran difusión

  • El ilustrador japonés Satoshi Kitamura declaró hoy que no lee más manga "porque no tiene tiempo", pero celebra que esta forma de expresión gráfica se haya convertido en un excelente medio de difusión de la cultura nipona en el mundo.

Guadalajara (México), 30 nov.- El ilustrador japonés Satoshi Kitamura declaró hoy que no lee más manga "porque no tiene tiempo", pero celebra que esta forma de expresión gráfica se haya convertido en un excelente medio de difusión de la cultura nipona en el mundo.

"Cuando hablas con gente joven en Latinoamérica o en cualquier lugar los jóvenes saben tanto sobre el manga. Han sido traducidos. Además, te encuentras con muchos jóvenes que están aprendiendo japonés porque les interesó el manga. Eso es muy bueno", afirmó el artista en entrevista.

Kitamura (Tokio, 1956) es un ilustrador japonés que ha creado personajes como "Igor, el pájaro que no sabía cantar" y "Fernando Furioso", conocido en países de habla inglesa como "Angry Arthur", con el que ganó el Mother Goose Award en 1983.

Estos días participa en la XXVI edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) invitado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), la editorial mexicana con la que ha publicado algunos de sus más de quince libros, varios de ellos exitosos en Europa, Asia y América.

El artista conoce el mundo del manga, el cómic japonés, pero no está muy interesado en él ni lo lee tanto como quisiera por dos razones: la falta de tiempo y por razones estéticas.

"Dejé de leerlo siendo adolescente. Ya no lo hago porque no me gustan la mayoría de los dibujos que hay en ellos, aunque el contenido me parece interesante", apuntó este original ilustrador.

A Kitamura le interesa más la novela gráfica, sobre todo la hecha en Europa y en países como Canadá, que el manga japonés, que se elabora en un ambiente competitivo, con una orientación más industrial y de negocio que artística.

Planea lanzarse a hacer una suya, pero reconoce que se está tardando un poco porque todavía no domina las técnicas narrativas de la novela gráfica.

Estos días en Guadalajara el ilustrador ha presentado sus libros, firmado ejemplares y cargado con una pequeña caja de madera que es en realidad un teatro de papel o kamishibai, al que ha recurrido para acercar sus historietas a los estudiantes mexicanos que ha conocido.

Este pequeño teatro fue utilizado desde hace siglos en Japón para educar a los analfabetos con imágenes pintadas a mano, pero con el advenimiento de la televisión y otras tecnologías cayó en desuso.

El kamishibai es utilizado hoy por algunos artistas y difusores de la cultura para enseñar valores como el amor, la justicia y el perdón a los más pequeños.

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