Crimen no aclarado

Nuevas pistas del asesinato de Jubany, la joven bibliotecaria asesinada en 2001

La familia pedirá formalmente que la policía judicial dé un nuevo impulso a la investigación del caso, en los escasos meses que quedan para que el delito prescriba. 

Helena Jubany, un crimen sin resolver
Helena Jubany, un crimen sin resolver
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La familia de Helena Jubany, la bibliotecaria que fue asesinada en 2001 en Sabadell (Barcelona) sin que el crimen se haya aclarado, pedirá formalmente que la policía judicial dé un nuevo impulso a la investigación del caso, en los escasos meses que quedan para que el delito prescriba. Así lo ha explicado el abogado de la familia de la bibliotecaria, Benet Salellas, tras la declaración de tres nuevos testigos ante el juez de Sabadell que el pasado mes de agosto acordó reabrir la investigación, a raíz de los nuevos indicios presentados por la acusación particular.

Según Salellas, las testificales de hoy "son claramente incriminatorias" porque ubican al principal sospechoso de la acusación particular -pareja de Montserrat Careta, la única detenida por el crimen y que se suicidó en prisión- en el lugar del asesinato. El abogado presentará el próximo lunes un escrito en el juzgado para instar a la policía judicial a investigar de forma "inmediata", con las herramientas científicas de que dispone y los nuevos datos aportados para aclarar el asesinato. "Nos corre el reloj de la prescripción de cara imputar a otras personas, no podemos llegar a los 20 años, hay que utilizar estos meses para profundizar en la investigación", ha añadido Salellas.

El juzgado de primera instancia número dos de Sabadell, de acuerdo con el informe de la Fiscalía y a petición de la acusación particular ejercida por la familia de Jubany, acordó el pasado mes de agosto reabrir la investigación, que fue archivada provisionalmente en octubre de 2005.

El 2 de diciembre de 2001, Helena Jubany, una joven de 27 años de Sentmenat, que ejercía de bibliotecaria en Sabadell, fue encontrada muerta, tras ser arrojada inconsciente pero viva, a un patio interior de su edificio, desnuda, drogada y con quemaduras en su cuerpo después de haber recibido un par de mensajes anónimos.

Los indicios apuntaban a un asesinato y la Policía Nacional detuvo en su momento a una sospechosa, Montserrat Careta, vecina del mismo edificio y miembro, como Helena, de la Unió Excursionista de Sabadell, que se suicidó posteriormente en prisión.

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