Que a las personas nos guste tirarnos bolas de nieve no es un secreto, pero... ¿y a los gatos? Parece ser que no. Esta mujer que vemos en el vídeo comienza echando nieve al pobre minino, pero no con el propósito de jugar, ni mucho menos, y sin saber lo que le espera. Al verse agredido, el gato, ni corto ni perezoso, se lanza sobre la mujer, pero no a la pierna, ni a un brazo, sino a la cabeza.
La mujer forcejea intentando quitarse de encima al gato, que se ha agarrado a su cara como si no hubiera un mañana. Finalmente lo consigue, y se mete en casa, escaldada, y tocándose la cara, parece que el lindo gatito le ha hecho alguna avería. Seguro que para otra vez, se piensa mejor antes de echar nieve sobre cualquier felino.
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