A prisión de nuevo

Así cayó 'El Castaña', el rey del hachís y líder del clan más violento del Estrecho

Para evitar ser descubiertos, los narcos utilizaban un lenguaje propio en las comunicaciones, llamando "Taca Taca" a una residencia o "Cuarentona" a una tienda de muebles desde donde estaban vigilando. 

Traslado a los juzgados de Antonio Tejón, 'El Castaña'
Traslado a los juzgados de Antonio Tejón, 'El Castaña'

¿El golpe definitivo al clan de los Castaña? Todo apunta a que sí. Su presunto cabecilla, Antonio Tejón, se encuentra detenido después de que el pasado lunes unos agentes de paisano de la Guardia  Civil se acercaran hasta los juzgados de La Línea de la Concepción (Cádiz) donde cada 15 días se presenta -está en libertad bajo fianza- para ponerle de nuevo los grilletes en plena escalada de violencia de los narcos en el Campo de Gibraltar. El propio Tejón, considerado el rey del hachís del Estrecho, estuvo más violento que en anteriores ocasiones e intentó zafarse. Detrás, meses de investigación en la operación 'Dismantle',  que sigue abierta y hasta el momento cuenta ya con 50 detenidos.

Antonio Tejón había sido ya detenido el pasado 2 de julio a las puertas de la cárcel de Albolote (Granada), de donde salía tras cumplir prisión preventiva por otra causa por blanqueo de capitales y cohecho. Tres días después, el Juzgado de instrucción número 2 de Algeciras ordenó su puesta en libertad tras el abono de una fianza de 12.000 euros, cantidad que fue duramente criticada por la facilidad que tenía para pagarla. A sus 'ordenes', decenas de fieles pilotos, porteadores, mecánicos vigilantes, gestores de embarcaderos, transportistas... le esperaban en su barrio de Cádiz con todo lo necesario para seguir siendo los reyes del narcotráfico del sur de Europa. Ahora, mucho ha sido aprenhedindo -armas, dinero, hachís, documentación y vehículos- por los agentes que llevan meses investigando.

La operación se inició el pasado mes de marzo cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de un narcoembarcadero situado en la playa de Palmones (Los Barrios) desde donde estarían botando embarcaciones semirrígidas. Los investigadores tuvieron conocimiento que las personas al frente estaban relacionadas directamente con el clan de los Castañas. Un hilo del que tirar para averiguar meses después que la organización funcionaba a modo de cooperativa y contaba con dos ramas operativas y otra de logística.

Cada una de las ramas operativas contaba con una 'sucursal' en caso de que la presión policial les impidiera operar en su zona de 'confort', operando en el río del Guadalquivir y Huelva. La rama de logística se dividía a su vez en otras tres: la de los narcoembarcaderos, la de cambios de tripulación y los repostajes en alta mar y por último la de adquisición de las gomas. Algunos de los motores de las embarcaciones, cuyo precio ronda los 30.000 euros, estaban a nombre de personas sin trabajo. En Ciudad Real la organización contaba también con una empresa de transporte que recogía las embarcaciones en la costa para prepararlas y así evitar la presión que tenían de la Guardia Civil en Andalucía.

Precisamente por ello los miembros de la red tomaban extremas medidas de seguridad con el fin de dificultar la investigación de los agentes. Uno de ellos era vigilar mucho sus comunicación, inventando un lenguaje propio que se tardó tiempo en descifrar y que utilizaban los puntos, personas encargadas de dar seguridad a los alijos para guiar en cada alijo. Así, cuando alguno de ellos decía 'Taca Taca' anunciaba lo que estaba sucediendo en los alrededores de una residencia de ancianos. Los agentes también llegaron a la conclusión de que al hablar de 'Cuarentona' se referían a una tienda de muebles regentada por una señora. Para evitar ser descubiertos los investigadores también comprobaron que habría personas con drones que controlaban los movimientos de las patrullas uniformadas del Cuerpo. En las imágenes distribuidas desde Guardia Civil llama la atención la fachada de la casa que se abre entera para ocultar dentro la droga.

El Juzgado de Instrucción número 5 de Algeciras ya ha decretado el ingreso en prisión de ocho de 16 detenidos. El resto ha salido en libertad con cargos. Un numeroso grupo de familiares y allegados tanto del Castaña como de otros de los detenidos se han concentrado a las puertas del juzgado. No son todos los que les aplauden, preocupados por la situación que viven en las calles. Ayer mismo una mujer embarazada tuvo que ir al hospital después de que un todoterreno cargado de hachís impactara contra su vehículo. Se acababa de saltar un control policial junto a otro vehículo que se dio a la fuga. En el accidente también fue atropellado un ciclista. Los agentes tienen claro que los narcos desde hace unos meses no se paran ante nada, y recuerdan las numerosas embestidas que habrían sufrido sus vehículos cuando daban el alto a alguno. Desde los sindicatos aseguran que solo de Guardia Civiles faltarían hasta 400 agentes para seguir manteniendo el orden. Solo este año ya se triplica el número de guardias heridos en una operación de narcotráfico respecto a 2019.

Miembros de la plataforma "Por tu seguridad, por la de todos", integrada por las asociaciones contra la drogadicción y sindicatos policiales del Campo de Gibraltar, así como representantes de las distintas administraciones de esta comarca, se concentraban ayer en Algeciras (Cádiz) para reclamar actuaciones ante el incremento de la violencia de los narcotraficantes en la zona. El portavoz de la plataforma, Francisco Mena, ha manifestado que "no podemos evitar que intenten agredirlos, pero si se toman las medidas adecuadas sí podemos evitar que los maten".

Mostrar comentarios