Vivían a escasos metros

"Frío, introvertido y desafiante": así es el presunto asesino de Manuela Chavero

El pueblo de Monesterio amanecía ayer con la noticia de que uno de sus vecinos confesó ser el autor de la muerte de la mujer y sabía dónde está el cuerpo. Siempre fue uno de los sospechosos. 

Efectivos de la Guardia Civil y el detenido como presunto autor confeso de la muerte de Manuela Chavero
Efectivos de la Guardia Civil llevaron al detenido al registro de la finca en la que habría enterrado el cuerpo.
EFE

Mirada fría, desafiante. Robusto, introvertido, sin muchos amigos, con antecedentes por delitos contra el Patrimonio. Así es Eugenio, el joven de 28 años y presunto asesino de Manuela Chavero, la mujer desaparecida en Monesterio (Badajoz) en 2016 y de la que ayer, tras 1.534 días de sufrimiento, la familia puede conocer donde está su cuerpo. Un final trágico para un misterio que comenzó cuando esta mujer de 42 años salió de su casa dejando las luces de su casa encendidas y la televisión puesta la noche del 5 de julio sin que nada más se haya sabido de ella, hasta ahora. El ahora detenido siempre ha estado en el punto de mira tanto de los investigadores como de la localidad pacense. "A mi hermana se la ha llevado alguien que conoce", decía Emilia, hermana de Manuela. "Alguna persona se pudo obsesionar con ella", decía su cuñado. Ambas cosas parecen hacerse realidad para una familia que según pasaban las ideas se iban haciendo a la idea de su fallecimiento pero "había cierta esperanza".

Los padres de Eugenio se separaron cuando era pequeño y mientras su hermana marchaba con su madre, él se quedó en el pueblo con su padre, quien falleció hace dos años. En la cabeza de todos está otro episodio del que el joven fue testigo, el día que "encontraron a la nueva pareja de su padre fallecida en la bañera". Los que le conocen hablan de este joven como alguien solitario, discreto, amante de los caballos -tiene dos- y dueño de varias fincas, una de ellas de 150 hectáreas, según relatan a La Información

En sus primeras declaraciones ante la Guardia Civil señaló que el cuerpo de Manuela estaría enterrado a las afueras de Monesterio, en una finca agrícola y ganadera de su propiedad. A última hora del día fuentes cercanas al caso informaron a Efe de que en el rastreo de esa finca, que se hizo junto al detenido, se han encontrado algunos restos óseos que están pendientes de analizar y que podrían corresponder a la fallecida. 

"Llegó a vender una parte del terreno", puntualizan los vecinos. La Guardia Civil tras interrogarlo comenzó a buscar el cuerpo a unos diez kilómetros de la localidad en un camino conocido por los vecinos porque en el celebran la romería de San Isidro. Agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil y efectivos especialistas en la búsqueda de restos cadavéricos peinaron la zona. Los agentes apurarán las 72 horas máximas establecidas por ley para acometer averiguaciones y pesquisas de cara al esclarecimiento de los hechos, por lo que Eugenio pasará a disposición judicial mañana domingo. 

En la localidad pacense comentan sus antecedentes por delitos contra el patrimonio, por los que fue detenido: "Ha robado señales de tráfico, guardarraíles y dicen que hasta ganado". Desde que Manuela desapareciera "era uno de los sospechosos para la familia", asegura a este medio el marido de Emilia Chavero al mismo tiempo que esperan la llamada de la UCO horas después de conocer la triste noticia.  Emilia siempre ha tenido muy claro que "a mi hermana se la ha llevado alguien que conocía y que era de su entorno". Nada estaba forzado. Sobre su cama estaban los pantalones que había llevado el día anterior, la luz del salón y de la cocina estaban encendidas, al igual que la televisión, y su cartera y su teléfono móvil estaban allí, con una última conexión a las 1:55 horas. Su presunto asesino sí estaba cerca y fue uno de los interrogados el día de la desaparición. Desvelan en Espejo Público que en esos primeros momentos los vecinos se extrañaron al ver que "había cambiado la tapicería de su coche". 

Hace unos días la hermana de Manuela entregó a los investigadores una carta anónima en la que se apuntaba al ahora arrestado como sospechoso de su desaparición. Los agentes dieron credibilidad a este escrito, lo que, unido a las pesquisas que llevaban realizando hace tiempo, motivó la detención de E.D.H. Horas después, este joven confesaba ser el autor de la muerte de Manuela. Desde aquel 5 de julio, la Guardia Civil no ha dejado de buscar a esta mujer por tierra, agua y aire, en el pantano de Tentudía, en el extenso término municipal de Monesterio e incluso en el de Calera de León, con batidas aéreas desde helicópteros y drones. También desde ese día y coincidiendo con el mes de julio de estos cuatro años, el pueblo ha venido celebrando un acto en recuerdo de Manuela ante la iglesia parroquial de San Pedro, en cuya fachada principal fue colocada una gran foto de ella con el lema "Todos con Manuela Chavero".

En el seno de este municipio ha habido dos vertientes: el apoyo inquebrantable a la familia y la colaboración de los vecinos en concentraciones y batidas, pero también comentarios de todo tipo sobre quién pudo llevarse a Manuela o acabar con su vida. Emilia Chavero siempre respondió lo mismo: "No se puede culpar a nadie hasta que alguien sea llevado preso". Frente a suposiciones de todo tipo, incluida la posible relación de este caso con la desaparición de Francisca Cadenas, una vecina de Hornachos (Badajoz), municipio situado a unos 75 kilómetros de Monesterio y de la que nada se sabe desde mayo de 2017, ha estado el trabajo de la Guardia Civil y, muy especialmente, de la Unidad Central Operativa (UCO).

Varios registros en el domicilio de Manuela, el último el pasado 27 de agosto, la intervención de tres vehículos de vecinos del pueblo dirigida a descartar o determinar pruebas, y numerosas pesquisas centradas en "cuatro o cinco sospechosos" son algunas de las labores realizadas. Además, la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Zafra (Badajoz), que instruye el caso, llegó a tomar declaración a una persona en calidad de investigada, si bien esta quedó en libertad sin medidas cautelares sobre ella.

Cada batida sin resultados generaba una sensación de alivio para los familiares, en cuanto que Manuela no estaba muerta, pero, a la vez, de "desespero" por no saber nada de ella. Pozos, embalses, zonas escarpadas y amplias áreas de terreno fueron "registradas" palmo a palmo, metro a metro, por efectivos de diversas unidades especializadas de la Guardia Civil, Policía, Protección Civil, DIA, Cruz Roja, unidades caninas, buceadores y bomberos, así como por decenas de voluntarios particulares.

Manuela, en trámites de separación y con dos hijos de 14 y 6 años -en el momento de su desaparición- que se encontraban con el padre, "nunca se hubiera ido", han sostenido sus familiares todo este tiempo. De hecho, el marido de Emilia expuso en alguna ocasión que alguna persona "se pudo obsesionar con ella".

Mostrar comentarios