Así se saltan el confinamiento

Los narcos se adaptan al virus: esperas en el Guadalquivir, camiones en la playa...

Lancha en el Guadalquivir
Lancha en el Guadalquivir
Policía Nacional

Con todo el país paralizado pudiendo salir a la calle solo para comprar, ir a la farmacia, al médico, trabajar con certificado... y poco más, hay un negocio ilícito que parece no descansar pese al confinamiento colectivo frente a un coronavirus que en España deja ya la cifra de más de 20.ooo personas muertas. Los narcotraficantes no se frenan y siguen buscando la manera de mover la cocaína o el hachís en un momento del que ellos se pueden beneficiar en cuanto a la vigilancia -es probable que si te sigue un vehículo sea algún agente- pero en el que también se las tienen que ingeniar para no ser vistos más que nunca porque cualquier movimiento llama mucho más la atención que antes.

Y en este panorama, agentes de la Policía aseguran a La Información que los desembarcos parece que se han ralentizado, lo que no es sinónimo de que la droga no siga entrando por otras vías, y que dada la presión que se lleva ejerciendo en diferentes puntos desde que se puso en marcha el Plan de Seguridad para el Campo de Gibraltar, se están empezando a utilizar antiguas rutas que, aunque nunca se han olvidado, ahora pueden resultar las mejores aliadas como son las aguas del río Guadalquivir para que llegue la mercancía. Pero no solo eso, ayer La Guardia Civil, en la denominada operación 'Vaistas', desarticuló una de las "más importantes y activas" organizaciones criminales del norte de Europa dedicada al tráfico internacional de estupefacientes, que estaba afincada y operaba desde la Costa del Sol de Málaga, desde donde enviaba a Lituania droga oculta en latas de tomate frito.

Desarticulada una banda de hachís que lo metía en latas de tomate / EFE
Desarticulada una banda de hachís que lo metía en latas de tomate /  Europa Press

Y esto sucede en la semana en la que un dron de la Policía Nacional localizaba a dos jóvenes que circulaban a bordo de una narcolancha por el río en los alrededores del Coto de Doñana. Se lanzaron al agua para intentar darse a la fuga.  Finalmente fueron detenidos en la orilla del río como presuntos autores de un delito de contrabando. Los agentes recuperaron la embarcación, tratándose de una lancha neumática semirrígida de diez metros de eslora que contenía varias garrafas de combustible, prendas de abrigo, un GPS y varia comida envasada herméticamente para evitar su contacto con el agua. Presuntamente se dirigían a Marruecos para proveerse de hachís y retornar a España. 

Lancha intervenida en el Guadalquivir
Así localiza el dron la lancha

El Guadalquivir siempre ha sido una zona vigilada por los agentes. Por su gran número de canales navegables para estas embarcaciones ligeras es más difícil de controlar y más fácil de ocultarse. Al ser una zona de marisma muy baja con muy pocas personas vigilando se puede controlar mucho terreno, facilitando así el intercambio de la droga. La presencia de cualquier patrulla se puede alertar desde muy lejos. 

Pero aunque las restricciones de movilidad, el cierre de fronteras terrestres y la fuerte presencia de cuerpos y fuerzas de seguridad en calles vacías se lo pongan complicado, grupos organizados y también pequeños traficantes no desisten y tratan de encontrar rendijas para seguir operando durante el estado de alarma. Es un goteo que no cesa. Solo en esta última semana entre la Guardia Civil y la Policía Nacional se han intervenido siete toneladas solo de hachís que llega hasta la península principalmente por las costas andaluzas y que en alguna ocasión iba camino ya del centro como la operación que detuvo a un camión en la A7 a su paso por Granada y en cuyos bajos ocultaba 1.000 kilos de hachís y casi un millón de euros.

Interceptan 1.000 kilos de hachís y un millón de euros
Interceptan 1.000 kilos de hachís y un millón de euros en un camión

Los expertos consultados por este diario tienen claro que las medidas de control están dificultando su actividad, pero también son conscientes de que se encargarán de buscar huecos, lo que puede encarecer sus precios ante una demanda que también se las ingenia para conseguirla. Desde el repartido de comida rápida que acaba llevando hachís en el forro de las bolsas a dobles fondos en neveras de comida utilizadas por un supuesto temporero de la fresa en Almendralejo (Badajoz). También se ofrecía en una tienda abierta 24 horas como si de un producto más se tratara en Alicante. 

Y para esa demanda los narcotraficantes intentan combatir las situaciones generadas por el coronavirus de la forma que necesiten. En la última intervención de la Guardia Civil en Mijas, la banda lituana creó una empresa ficticia de elaboración y envasado de tomates en conserva que les garantizaba poder saltarse todas las restricciones. En la anterior  intervenciónen Almería donde se incautaron 3.000 kilos de hachís metieron en la playa un camión  que en su interior guardaba combustible para facilitar el regreso de la lancha una vez llega con la mercancía. Los agentes también están monotorizando que ahora las zonas de descargas suelen estar mas cercanas a una población para que así  las "collas" (como se conoce a los grupos de jóvenes que se organizan cuando va a haber una descarga para vigilar y desembarcar los fardos de las lanchas) estén más cerca de sus viviendas para ocultarse. 

Otra de las dificultdaes que se están encontrando desde que el coronavirus confinó a España es desembarcar toda la mercancía de una sola vez. En la operación de Huelva de la Guardia Civil de esta semana se logró confiscar 1.100 kilos de hachís, una cantidad que no es muy abultada debido a que la embarcación que fue asaltada era de recreo. Los expertos están convencidos de que el alijo era mayor pero probablemente una embarcación de goma en la que suelen entrar hasta 3.000 kilos de droga repartiera en alta mar la mercancía para así dividir los puntos de entrada. 

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