Así se vive la Navidad en las chabolas de 'El Gallinero', las más pobres de Europa

  • Aquí viven 400 personas (la mitad, niños), entre ratas, sin agua caliente ni otros servicios básicos. Prometen un plan para sanear el poblado.
Así se vive la Navidad en las chabolas de 'El Gallinero', las más miserables de Europa
Así se vive la Navidad en las chabolas de 'El Gallinero', las más miserables de Europa

El anochecer marca el punto de inflexión en un conglomerado de chabolas alejado del primer mundo. A lo lejos, desde la A-3, se divisan como un enjambre de maderas y cartones infames. A medida que uno se adentra en sus calles polvorientas e inmundas, aquí huele cada vez más a pobreza extrema."El Gallinero" (Villa de Vallecas, Madrid) es el poblado chabolista más miserable de Europa. Peor aún: según Naciones Unidas y diversas ONG (como Save The Children) sus condiciones insalubres y de habitabilidad lo equiparan a Níger, la nación africana más pobre de la Tierra y con peor índice de desarrollo.

A escasos 12 kilómetros de la Puerta del Sol, luce desteñido bajo un cielo limpio que se va apagando. Entonces germinan desde sus entrañas el fuego de las hogueras y las ratas que huyen despavoridas. Pero no todo es espanto. Aquí también hay lugar para algunos contrastes. Desde las pocilgas hacinadas de familias rumanas también florecen las luces de la Navidad. Vaya paradoja... Los niños descalzos juegan a soñar una infancia feliz, que probablemente nunca ocurrirá. Piden en los arbolitos multicolores e intermitentes de sus chabolas un deseo, mil anhelos... que se resume en pan y trabajo para sus padres. También en leche y juguetes.

En vísperas de la Nochebuena, los chavales nos sonríen y piden fotografías. Los datos fríos hablan de un poblado conformado a uno de los extremos de la Cañada Real, hace unos 13 años. Sus habitantes fueron siempre rumanos indocumentados, de etnia gitana. Hoy son unos 450 (casi la mitad, menores de 16 años). Entre todos se turnan para utilizar el único punto de agua caliente, rodeados de montañas de basura, sin letrinas ni otros servicios básicos.

Las primeras chabolas que asoman en su único acceso, a 60 metros de la carretera que conduce hacia Valdemingómez y Rivas como destinos más próximos, muestran números desprolijos en las fachadas, pintados en aerosol. Estas imágenes se repetirán a lo largo de todo el recorrido. La Policía acaba de "señalizar" las infraviviendas, una a una, para realizar una especie de censo habitacional informal. Constantín, un rumano, se ilusiona: "Es el primer paso para realojarnos, según nos han prometido. Ojalá que no sean promesas navideñas, nada más", comenta. Entre el laberinto de infraviviendas, llama la atención la número "21". Es la capilla del lugar. Junto a su puerta, los agentes estamparon dos trazos con forma de cruz, como para que todos sepan las características de ese espacio. Dentro se escuchan villancicos navideños, aunque hay pocas personas en el interior.Quince personas en 15 metros cuadrados

En el juego cruel de comparaciones, Níger es el país con la tasa de fertilidad más alta del mundo, conuna media de 7,6 hijos por mujer. En El Gallinero hay cuatro niños por hogar, de media, pero Lucika, de 31 años, supera todas esas cifras. Tiene 11 hijos. Malvive con todos ellos, su marido, su cuñado y su madre en un espacio infernal.Quincepersonas en 15 metros cuadrados... Cuandoasoma desde su chabola (la número 51) parece indignada. "Ya no sabemos qué hacer. A mí no me hablen de Navidad. No nos alcanza para comer ni una vez al día, con el kilo de arroz y los cuatro litros de leche que nos dan en la capilla a la semana. Voy a dejar de enviar a los niños a la escuela. Tienen que ir sin desayunar porque no tengo nada para darles", afirma enojada la mujer al sacerdote Javier Bahesa, párroco de la iglesia San Carlos Borromeo de Entrevías, que asiste a las familias desde hace más de una década.Florika lleva 12 años viviendo en el poblado

Seguimos avanzando. Nos abre la puerta de su chabola Florika y nos invita a pasar.Tiene 23 añosy también es rumana, como todos aquí. Madre decuatro hijos, es viuda y nos presenta a Jazmín. La pequeña, de 4 años, luce un disfraz de Caperucita Roja, mientras juega con la bolas de su arbolito navideño. Mohammed, el mayor, de 12, se muestra rebelde y no deja fotografiarse. Pero avisa: "Yo quiero pedir a los Reyes que ayuden a mi mamá con el bebé", comenta el niño. "Tiene neumonía", agrega su madre. "Mi sueño está Navidad es salir alguna vez de aquí. Estos años las cosas han empeorado. Llevo más de la mitad de mi vida en El Gallinero. Llegué aquí con 12", comenta en un hilo de voz. La mujer, como la mayoría de sus vecinos, subsiste de la mendicidad y las donaciones de entidades benéficas, como el Banco de Alimentos de Madrid.Plan de saneamiento

Ya es noche cerrada en el poblado. En 20.000 metros cuadrados de superficie, no hay baños ni agua corriente, pero los niños mantienen la ilusión en Navidades. "Quiero ir a la Cabalgata de Reyes. ¿Tú has ido alguna vez?", pregunta Joel, uno de los chavales del lugar, que juega al fútbol con sus amigos en un campo improvisado, junto a montículos de desechos. Llegan de pronto dos efectivos de la Policía Nacional. Alguien ha avisado de que están quemando residuos. "La Policía nos regaña. Dice que debemos mantener más limpio todo esto. Sin basura ni escombros", comenta el menor, de 12 años.

Si de desechos, ratas y enfermedades infecciosas hablamos, precisamente, el Ayuntamiento de Madrid acaba de firmar unplan urgente para intentar sanear el poblado. "Nos hemos enterado por rumores de que quieren asfaltar calles, instalar fuentes, puntos de agua, contenedores, limpiar los desperdicios y desratizar. Ojalá que hagan algopara dignificar las condiciones inhumanas de vida que afronta esta gente. Si esto ocurriera en otro país europeo, ya hubieran enviado a decenas de cooperantes internacionales para ayudar. Aquí nadie ha hecho nada aún". afirma el padre Bahesa.Viviendas de autoconstrucción

También hay otra iniciativa dando vueltas. El Consistorio madrileño estudia ceder suelo público a los chabolistas para construir sus casas. "Es un plan nuestro que presentamos a la Administración hace años, el de las viviendas de autoconstrucción. Veremos qué ocurre ahora, con el nuevo gobierno madrileño", agrega el sacerdote, antes de despedirnos.

Atrás quedan las postales de Níger en Madrid... o de El Gallinero en medio de la nada, como una cápsula perdida y alejada de la civilización. Según Naciones Unidas, la población en aquel país africano se duplicará en 18 años, lo que hará que sus 36 millones de personas residan en un estado que ocupa el último lugar del mundo en el índice de desarrollo humano, calculado según la esperanza de vida al nacer, el nivel educativo de la población y el PIB per cápita. Aquí, tal vez, dentro dos décadas ya no quede más nada en este poblado, o su población también se expanda. En cualquier caso, la Navidad siempre ha sido sinónimo de esperanza, y en estas épocas adversas, hará más falta que nunca.

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