El Cairo, 2 sep.- Los ataques transfronterizos de Irán y Turquía sobre regiones del Kurdistán iraquí han matado al menos a 10 civiles y han obligado a desplazarse a cientos de familias desde mediados de julio, denunció hoy Human Rights Watch (HRW), que exige que la población quede a salvo de estas operaciones.
En su informe difundido hoy, la organización de defensa de derechos humanos asegura que en varios de los ataques no se buscó "lo suficiente causar un impacto mínimo sobre los civiles".
Irán y Turquía bombardean actualmente con artillería y desde el aire posiciones de rebeldes kurdos que operan desde las fronteras septentrional y oriental del Kurdistán iraquí, aunque una misión de HRW constató que muchas de las áreas hostigadas son de población civil y no hay combatientes en ellas.
"Año tras año los civiles en el norte de Irak han sufrido los ataques transfronterizos, pero la situación ahora mismo es nefasta. Irán y Turquía deberían hacer todo lo que puedan por proteger a los civiles y sus propiedades", señala Joe Stork, subdirector de Oriente Medio en la organización.
Según HRW, hay pruebas de que los bombardeos iraníes podrían ser un intento de forzar la marcha de civiles de algunas zonas cercanas a la frontera iraní.
Las operaciones iraníes contra el grupo armado independentista kurdo Partido para una Vida Libre en el Kurdistán (PJAK) han provocado la condena de los partidos kurdo-iraquíes, que han pedido en reiteradas ocasiones el fin de los bombardeos.
La ofensiva iraní, que comenzó a mediados de julio, ha causado hasta ahora la muerte de al menos tres campesinos y heridas a un número indeterminado de civiles, que aseguraron en sus entrevistas con HRW que nunca han visto a guerrilleros del PJAK en sus aldeas.
Asimismo, denunciaron que los bombardeos han destrozado muchas casas y que vieron a soldados iraníes penetrar en territorio iraquí y matar ganado.
Mientras, el Estado Mayor del Ejército turco aseguró el pasado lunes que su campaña de bombardeos aéreos, entre el 17 y el 28 de agosto, ha acabado con la vida de entre 145 y 160 "terroristas" del ilegal Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Sin embargo, la organización de derechos humanos documentó al menos un caso en el que el bombardeo turco causó víctimas civiles.
Según las autoridades iraquíes y los testimonios recogidos por HRW, el 21 de agosto los aviones turcos bombardearon un vehículo lleno de civiles y mataron a siete miembros de una familia.
Pese a ello, Turquía no ha reconocido que su aviación fuese la autora de la masacre, señala en su informe HRW.
Estos bombardeos, que podrían continuar según responsables turcos e iraníes citados en el documento, han causado también el desplazamiento de cientos de familias de campesinos y agricultores, que ha preferido dejar sus casas antes de ser heridos en los ataques.
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