El suceso ha provocado una oleada de críticas en el país por el estado en el que se encuentran centenares de edificios, después de que una auditoría del Gobierno publicada recientemente apuntara que unas 200 edificaciones eran inseguras.
El secretario de la Inspección de Edificios, Moses Nyakiongora, ha desvelado este lunes que esos edificios, entre los que figuraba el derrumbado, en el barrio de Huruma, fueron marcados para su demolición.
El vicegobernador de Nairobi, Jonathan Mueke, que el sábado se dirigió a las víctimas del accidente para consolarlas, aseguró que el derrumbe había sido inevitable porque el bloque estaba construido sobre un terreno húmedo.
"El edificio se construyó sobre el terreno de una ribera y no fue aprobado por el Gobierno del condado", indicó antes de ordenar a todos los residentes evacuar la zona de forma inmediata. Más del 70 por ciento de los edificios de Nairobi no cuentan, según Mueke, con aprobación gubernamental.
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