Según ha informado la organización en un comunicado, el objetivo es doble: por una parte hacer hincapié en el "maravilloso regalo" que supone adoptar un perro como acción "socialmente comprometida" --con historias como las de Blaky, Casper, capricho o Nina-- y, al mismo tiempo, "concienciar sobre que no se puede regalar un perro como si fuera un objeto".
Ambas entidades consideran que en estos días es "especialmente importante llamar la atención sobre la responsabilidad que supone regalar un animal de compañía" y así se ha querido resaltar con unos carteles en los que diversos perros, que en la mayoría de los casos han sido cruelmente abandonados, hacen una petición: 'Regálame un hogar para toda la vida'.
Tanto AUPA como Bioparc recalcan que "tristemente en muchas historias de abandono subyace el considerar a un perro como una 'cosa' que, pasada su etapa de cachorro, se convierte en una carga y un estorbo". Por ello, sostienen que es "absolutamente necesario incitar a la reflexión antes de decidir integrar un perro a nuestra familia".
El desfile de perros abandonados es también punto de encuentro de personas y familias que adoptaron en anteriores ediciones, quienes explican su experiencia a otros que todavía no han dado el paso. Este evento solidario y abierto a todos nació hace más de cuatro años de dos organizaciones "comprometidas con el bienestar animal" y, según aseguran, ha supuesto "un motivo de satisfacción" para todos los que han participado y "la oportunidad de muchos canes de encontrar un hogar donde compartir afecto y ternura".
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