Bachar al Asad, metido ya en campaña electoral con su esposa como gran activo

  • Pese a que acaba de postularse a los comicios presidenciales, el mandatario sirio, Bachar al Asad, está ya en plena campaña desde hace un mes, con frecuentes apariciones públicas revestidas de gran patriotismo y con su esposa, Asma, como gran activo electoral.

Susana Samhan

Beirut, 29 abr.- Pese a que acaba de postularse a los comicios presidenciales, el mandatario sirio, Bachar al Asad, está ya en plena campaña desde hace un mes, con frecuentes apariciones públicas revestidas de gran patriotismo y con su esposa, Asma, como gran activo electoral.

Para ello está usando la poderosa maquinaria propagandística de los medios de comunicación oficiales, que en las últimas semanas han ofrecido una imagen del presidente sujetando las riendas del país, bien dirigiendo una reunión con los ulemas o al frente de un encuentro de los gobernadores provinciales.

Una de sus últimas y más importantes intervenciones en público fue el pasado 20 de abril, la víspera de que el Parlamento convocara los comicios.

En esa ocasión, Al Asad se dio un baño de masas en la población de Malula, una localidad de mayoría cristiana recuperada recientemente por el Ejército.

Vestido con un traje beis y sin corbata, el presidente se erigió como el gran protector del pueblo sirio frente al "terrorismo", pero al mismo tiempo se mostró cercano con los vecinos, a los que se aproximó para saludar.

Ese día, que coincidió con el Domingo de Resurrección, Al Asad hizo una ronda por Malula, junto a religiosos cristianos en un guiño a esta minoría del país, ante la que él se presenta como benefactor frente a los "terroristas" de ideología "takfiri" (islamista radical), que amenazan Siria.

Pero, además, Al Asad tiene un as en la manga frente al resto de candidatos a la votación del 3 de junio: su esposa, Asma.

De hecho, en el último mes, la primera dama se ha prodigado más en los medios de comunicación que en los últimos tres años, en los que incluso se ha llegado a especular con la posibilidad de que estuviera en el extranjero.

Con un "look" moderno, esta mujer, de porte elegante, ha reiterado en varias ocasiones el apoyo incondicional a su marido.

De hecho, este respaldo le ha valido ser sancionada por la UE, junto a otras mujeres de la familia del presidente, con medidas como la congelación de las cuentas y activos que pueda tener en territorio europeo y la prohibición de viajar allí.

Bachar y Asma forman un tándem presidencial en el que él se dedica a los asuntos políticos y de guerra, y ella está volcada en temas sociales, como la educación y la protección de menores y mujeres.

El pasado Día de la Madre, que en Siria se celebra el 20 marzo, la Presidencia publicó un emotivo vídeo del encuentro que Asma tuvo con un grupo de madres de víctimas de la guerra.

En la grabación, la esposa del presidente abraza a las mujeres en actitud maternal, les da consuelo y les dirige palabras cariñosas.

El momento culmen del vídeo se produce cuando Asma, rodeada de las madres, pronuncia un discurso en el que con voz suave asegura que entiende su dolor, en medio de los sollozos de las mujeres.

Sin embargo, cambia de tono para decirles: "Siria es como vosotras, está cansada pero es firme. Siria es orgullosa y ascenderá junto al sol en el futuro".

Sabedor del atractivo de su esposa, Al Asad también ha aparecido recientemente junto a ella en el Día del Maestro, en el que ambos llevaban bufandas con la bandera de Siria para recibir, sonrientes, a profesores, cuya labor en tiempos de guerra elogiaron.

Pese a utilizarla en su campaña, queda por despejar cómo resolverá el mandatario el escollo de que Asma haya nacido en Londres, ya que, según la ley, los candidatos no pueden estar casados con extranjeros, aunque no se sabe a ciencia cierta si su esposa mantiene la nacionalidad británica.

Aparte de la profusión de apariciones del presidente, el régimen se ha metido en los últimos días en un frenesí de inauguraciones, proyectos de inversión y entrega de ayuda, que van de la mano de los avances de las fuerzas gubernamentales en los frentes de guerra.

Tan pronto las autoridades reparten 1.300 paquetes de ayuda en la castigada región de Al Qalamún, como el primer ministro Wael al Halqi inaugura una planta eléctrica en Tartús, uno de los feudos del régimen en la costa, o se abre un nuevo departamento de aduanas en la provincia de mayoría drusa de Sueida, donde apenas hay hostilidades.

Y esto no ha hecho más que empezar porque todavía no se ha abierto oficialmente la campaña electoral, para la que ni siquiera hay fecha.

Aun así, es previsible que de aquí hasta el próximo 3 de junio el presidente Al Asad, en el poder desde julio de 2000, ponga en marcha todo los recursos para acceder a un tercer mandato, en un país dividido por la guerra.

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