Berlín estudia si hay responsabilidad penal en la contaminación con dioxina

  • Berlín.- El Gobierno de Alemania analiza si existen responsabilidades penales en la contaminación con dioxina de piensos para animales, incidente que ha obligado a cerrar al menos un millar de granjas avícolas y porcinas en todo el país.

Berlín estudia si hay responsabilidad penal en la contaminación con dioxina
Berlín estudia si hay responsabilidad penal en la contaminación con dioxina

Berlín.- El Gobierno de Alemania analiza si existen responsabilidades penales en la contaminación con dioxina de piensos para animales, incidente que ha obligado a cerrar al menos un millar de granjas avícolas y porcinas en todo el país.

La Fiscalía de Itzehoe, en el septentrional estado federado de Schleswig-Holstein, anunció hoy que ha abierto una investigación para determinar si hubo delito por parte del fabricante de piensos que presumiblemente usó aceites industriales en sus productos, causa de la contaminación según las autoridades sanitarias alemanas, cometió un delito.

El fabricante de piensos Harles & Jentzsch, con sede social en ese estado federado, utilizó ese tipo de aceites para fabricar pienso pese a que las grasas estaban etiquetadas como industriales, reveló un portavoz de la Oficina Federal para la Defensa del Consumidor en declaraciones que publica hoy el diario "Westfalen-Blatt".

Harles & Jentzsch, que recibió de la empresa holandesa Petrotec, fabricante de biocombustible, las grasas para su producción, suministró a explotaciones de distintos estados federados unas 527 toneladas de alimentos para animales contaminados con dioxina.

Entre otros, los piensos contaminados fueron distribuidos por siete empresas en el estado federado de Baja Sajonia, donde han sido clausuradas un millar de granjas avícolas y porcinas.

Además otros distribuidores hicieron llegar el pienso contaminado a granjas porcinas y avícolas de los estados de Renania del Norte Westfalia, Sajonia-Anhalt, Sajonia, Turingia y Brandeburgo.

Tras conocerse el caso, las autoridades alemanas han adoptado medidas drásticas y, además del cierre de más de un millar de granjas, en Renania del Norte-Westfalia han sido sacrificadas 8.000 gallinas ponedoras por ingerir dioxina con su pienso.

La granja afectada pudo haber distribuido en comercios y supermercados alemanes unos 120.000 huevos contaminados con dioxina, de los que sólo se han recuperado varios miles.

Pese a todo, el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos ha emitido un comunicado en el que asegura que el grado de contaminación con dioxinas en la comida para animales "no representa un riesgo en el consumo humano".

En declaraciones al "Westfalen Blatt" el gerente del fabricante del pienso contaminado, Siegfried Sievert, reconoce la "ingenuidad" de su empresa al utilizar las grasas industriales en la creencia de que eran adecuadas para la producción de piensos.

Por su parte, la Comisión Europea pidió hoy a las autoridades alemanas que verifiquen si se han exportado huevos o carne contaminados con dioxinas a otros países de la Unión Europea (UE), después de que más de un millar de granjas alemanas tuvieran que cerrar ayer por este motivo.

El Ejecutivo comunitario transmitió este mensaje a las autoridades alemanas en una conferencia telefónica que mantuvieron representantes de las dos partes esta mañana, informó un portavoz comunitario.

"Hasta donde sabemos, este problema sólo afecta a Alemania pero hemos pedido a las autoridades alemanas que comprueben si se han exportado productos a otros países, sean huevos, carne o lo que sea", explicó el portavoz del área de Sanidad, Frédéric Vincent.

Sin embargo, Vincent consideró que "es demasiado pronto" para que la Comisión se pronuncie a favor de una prohibición de exportar productos de este tipo desde Alemania.

A su juicio, corresponde por el momento a las autoridades alemanas aclarar lo sucedido y tomar las medidas necesarias, informando puntualmente sobre ellas al Ejecutivo comunitario.

La Federación Alemana de Agricultores, por su parte, ha exigido que el fabricante asuma toda la responsabilidad y corra con los costes de las pérdidas que sufrirán por los cierres los granjeros afectados.

El fabricante holandés del aceite industrial que originó la contaminación, Petrotec, emitió hoy un comunicado en el que elude cualquier responsabilidad en el escándalo de Alemania y acusa indirectamente a la firma germana Harles & Jentzsch de hacer un "mal uso" de sus productos.

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