Berlín pide a Kiev y Moscú "voluntad" para solucionar la crisis de Ucrania

Tegel (Alemania), 21 ene.- El Gobierno alemán pidió hoy a las autoridades de Kiev y Moscú "voluntad" política y "disposición" para encontrar una salida al conflicto que consume el este de Ucrania.

El ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, realizó esta petición en su comparecencia ante los medios antes de una nueva reunión que se celebra en las afueras de Berlín con sus homólogos ruso, Sergéi Lavrov, ucraniano, Pavló Klimkin, y francés, Laurent Fabius.

El problema de fondo, argumentó, es que "las partes en conflicto o no quieren o no están en la situación de implementar el acuerdo de Minsk", aseguró Steinmeier.

Se refería al memorando acordado en la capital de Bielorrusia el pasado mes de septiembre, que contempla un alto el fuego "efectivo", un formato multilateral de conversaciones, la distribución de la ayuda humanitaria y la obligación de retirar las armas pesadas de la línea del frente.

Sólo si se cumple este acuerdo, se podrá avanzar en la solución del conflicto y se podrán reunir los requisitos necesario para una cumbre de líderes de Ucrania y Rusia, con la mediación franco-alemana, en Astaná.

El jefe de la diplomacia alemana, que lamentó la escalada de la violencia en los últimos días, destacó que el conflicto está ocasionando graves problemas humanitarios entre los civiles de la región y lastra de forma grave las economías de Rusia y Ucrania.

"Esta situación no se debe mantener", aseguró Steinmeier.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo a principios de enero que solamente acudiría a Astaná si se avanzaba en la aplicación del Memorando de Minsk y se vislumbran "avances concretos", elementos que por el momento no se dan.

Los ministros de Exteriores de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia se reunieron por última vez en Berlín el lunes de la semana pasada y tras cuatro horas de negociación no lograron ningún resultado, más allá de una vaga declaración conjunta.

Este enésimo fracaso diplomático en la crisis de Ucrania llevó a la cancelación de facto de la cumbre de líderes anunciada para el 15 de enero, tres días después.