Bilbao recibe a la reina con normalidad y la cámara del móvil en la mano

Bilbao, 28 sep.- Bilbao ha recibido hoy a la reina Sofía en un contexto de normalidad, sin pitidos y sin aplausos, pero con numerosos jóvenes y estudiantes intentando inmortalizar el momento con las cámaras de sus móviles.

La visita, de escasas horas de duración, se ha ceñido a la Universidad de Deusto, donde hoy se inauguraba un congreso organizado por la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD), cuya presidencia de honor ostenta doña Sofía.

Acompañada por la ministra de Sanidad, la guipuzcoana Leire Pajín, la reina ha presidido el acto inaugural del congreso y ha escuchado, sonriente, las palabras que le ha dedicado el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna.

"Bienvenida Majestad, ongi etorri Bilbora" (bienvenida a Bilbao). Le recibimos con el mismo cariño y respeto que otras ocasiones", ha dicho el alcalde.

En su intervención, Azkuna se ha referido a una antigua "bilbainada" -expresión popular-, en la que se hablaba de la reina y su "príncipe chiquito" tras las guerras carlistas.

"Eran otros tiempos -ha afirmado-, después de las guerras carlistas y tras haber sido sitiada la villa varias veces. Ahora el príncipe chiquito, el príncipe de Asturias, se ha hecho mayor y nos visita con asiduidad", ha añadido.

Tras este acto y sentada ya en la primera fila del paraninfo universitario, doña Sofía ha escuchado la conferencia inaugural, a cargo del responsable del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, Joao Castel-Branco Goulao.

Su presencia en la capital vizcaína ha finalizado con un coctel servido en el claustro central de la Universidad, donde ha departido con el lehendakari Patxi López; el consejero vasco de Sanidad, Rafael Bengoa, y la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, entre otras personalidades.

La anécdota la han protagonizado cuatro resueltas estudiantes de segundo de Derecho Económico, que han conseguido saludar a doña Sofía tras superar todos los obstáculos propios de la situación.

"Nos ha dicho que las piedras del claustro son muy incómodas", relataban las jóvenes encantadas de haber conseguido su objetivo.