Birmania, la futura potencia energética del Sudeste Asiático

  • Las ricas reservas de gas y petróleo que posee Birmania, lindante con los boyantes mercados de China e India, son suficientes para hacer de esta atrasada nación la mayor potencia energética del sudeste de Asia.

Noel Caballero

Bangkok, 8 jun.- Las ricas reservas de gas y petróleo que posee Birmania, lindante con los boyantes mercados de China e India, son suficientes para hacer de esta atrasada nación la mayor potencia energética del sudeste de Asia.

"Birmania se está embarcando en una nueva fase de desarrollo en el que el sector energético será muy importante", indicó el ministro birmano de Energía, U Than Htay, durante el Foro Económico Mundial celebrado la esta semana en Naypyidaw, capital del país.

Según un informe del Banco Asiático de Desarrollo (BAD), Birmania cuenta con un gran potencial energético en recursos fósiles como carbón, gas o petróleo y también en energías renovables, incluidas la hidroeléctrica, solar, eólica y geotérmica.

Un boyante sector energético que puede verse amenazado por los conflictos étnicos y territoriales que aún afectan al país, que en 2011 inició un frágil proceso hacia la democracia después de medio siglo de dictadura militar.

"Los cuatro ríos principales de Birmania tiene una capacidad para abastecer de energía en conjunto a Tailandia, Malasia e Indonesia", destaca el documento del BAD.

Este informe señala, además, que los afluentes birmanos podrían generar hasta 100.000 megavatios, una capacidad cuatro veces mayor que la generada por la presa de las Tres Gargantas, el embalse más grande del mundo ubicado en China.

El departamento meteorológico e hidrológico de Birmania estudia la localización de varios proyectos con energía eólica en la región occidental y en la oriental, con potencial para el desarrollo de plantas energéticas.

Además, la meseta central es el emplazamiento propicio para la construcción de instalaciones recolectoras de energía fotovoltaica, según el citado departamento.

La energía geotérmica, aquella que aprovecha el calor del interior de la Tierra para producir electricidad, es en Birmania el recurso menos explotado con hasta el momento 93 localizaciones geotérmicas identificadas en el país, según el documento de BAD.

De acuerdo a las estimaciones de 2006 de la empresa gasística y la petrolera estatal, el país tiene unas reservas probadas de 226 millones de barriles de crudo y 457.000 millones de metros cúbicos de gas.

"Debido al impacto de las sanciones económicas muy poca inversión había entrado en Birmania", indicó a Efe Ingo Puhl, consultor de proyectos energéticos de la firma South Pole Carbon para el Sudeste Asiático.

Estados Unidos comenzó a levantar las sanciones al país en abril de 2012 tras la celebración de las elecciones legislativas parciales en las que la formación de la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, obtuvo una abultada victoria.

Un año después la Unión Europea aprobó el levantamiento de la casi totalidad de las sanciones que el bloque impuso décadas atrás a Birmania en respuesta a las violaciones de los derechos humanos por parte de la junta militar.

"Las reservas de gas y petróleo birmanas no han sido lo suficiente exploradas con tecnologías moderna, por lo que son un interesante objetivo de exploración", remarcó Puhl.

"Un alto porcentaje de los recursos fósiles, gas o petróleo, serán destinados a la exportación; mientras los obtenidos con renovables irán para el consumo doméstico", sostuvo el experto.

La ley de inversión establece que las empresas extranjeras pueden poseer el máximo del 80 por ciento de la sociedad mixta y que el 20 por ciento restante deberá estar en manos de un socio, jurídico o físico, birmano.

"Las grandes compañías de recursos fósiles ya han entrado en el país: Total, Chevron, BP o Gazprom. No obstante, las compañías chinas llevan ventaja ya que estaban allí antes del fin de la junta militar", apunta Puhl.

El estudio recuerda que en la actualidad solo uno de cada cuatro birmanos tiene acceso a la electricidad y que los apagones aún son frecuentes en Rangún, la antigua capital del país.

Uno de los posibles obstáculos para el desarrollo de las plantas energéticas son la postura contraria de las minorías étnicas, como ya ocurriera en el caso de la construcción de la presa Myitsone, en el norte del país, que el Gobierno central paralizó en respuesta a las protestas de las tribus autóctonas.

Una diplomacia no utilizada a finales del pasado noviembre cuando la policía cargó contra una campamento de manifestantes e hirió a unos 80, entre ellos varios monjes, que protestaban contra una explotación minera de cobre en Latpadaung, en el noroeste del país.

"Es importante que el Gobierno coopere con las etnias y comunidades locales para que estas perciban beneficios, tales como desarrollo de infraestructuras o empleo", sentencia el experto.

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