Una hora menos de sueño

Cambio de hora en pleno confinamiento: Trucos del doctor Estivill para descansar

Dormir
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Pixabay/cuncon

Una hora menos de confinamiento. Sin duda será la frase del día. Esta madrugada a las 02:00 horas seran las 03:00. Toca cambiar al horario de verano, lo que nos robará una hora de esta crisis del coronavirus... pero también de  sueño. Mañana tocará adaptarse poco a poco al nuevo horario en una época en la que el Covid-19 quita el sueño incluso a Eduard Estivill, experto en esta medicina que como médico que es, y boy scout que fue, sigue fiel a su promesa de servir a los demás abriendo un consultorio gratuito vía whatsapp para que todos los que tengan dudas sobre cómo dormir mejor puedan resolver sus dudas. Es un granito de arena más a una montaña de solidaridad que se crea desde muchas áreas en aras de que todos nos quedemos en casa. En dos horas él y su equipo llegaron a responder a más de 80 peticiones. Y una no la olvidan. Acabaron salvando a una mujer de las garras de su maltratador. 

El impacto emocional del coronavirus va poco a poco siendo uno más en todos los domicilios. Desde que el pasado 13 de marzo se decretara el estado de alarma se irán generando una fase de incertidumbre que según los psicólogos pasa a ser pánico y por último resistencia y adaptación. Pero estos altibajos emocionales a los que en el día nos podemos subir como en una noria no acaban ahí porque lo siguiente es la desconfianza... Y a pesar de todo, luego pretendemos dormir plácidamente por la noche. "Las causa del mal dormir siempre es un acúmulo de tensión y ansiedad durante el día", recuerda Estivill a La Información

Los ciudadanos se enfrentan ahora a algo desconocido, lo que multiplica el nivel de estrés. Cuenta el doctor que si hubiera una epidemia de cólera habría mucha información sobre ello, pero sabríamos cómo combatirlo. Pero ahora todos los días hay alguna novedad sobre cómo se contagia el Covid-19, cuánto tarda en curarse, cuáles son los síntomas... Y para conocerlo estamos constantemente exponiéndonos a nuevas informaciones, lo que alimenta en exceso la tensión del día a día de no poder salir, no saber lo que va a suceder con nuestro puesto de trabajo, los roces con los familiares... Un dato. El consumo de televisión por persona ahora es de cinco horas y seis minutos. Se ha disparado. 

Y esta es la respuesta a muchas de las preguntas que los ciudadanos están dejando en el buzón de la clínica de Estivill en el teléfono 680 50 69 57. "Son muchos los que dicen que les cuesta empezar a dormir", conciliar el sueño, y el problema reside en que "no han podido desconectar del día". Se han llevado a la cama toda esa cantidad de información, generando nuevas preguntas. Lo mejor es "una dieta informativa", estar informado, pero no sobreexponerse y procurar hablar de otros temas.

Otra de las preguntas que más se hace en el buzón es por qué tienen tantas pesadillas, "ensueños". Estivill habla de que el estrés acumulado nos da un sueño superficial, "no nos deja tener un sueño profundo". Y explica que "cuando configuramos un sueño es una mezcla de información captada durante el día y ahora la cantidad más importante de información es sobre esta enfermedad". 

¿Y qué hacemos? Mejorar la calidad del día. Desde el ministerio de Sanidad invitan a reconocer las emociones. A identificarlas e intentar no alimentarlas ni dejarnos llevar por ellas. También hay que compartirlas con personas cercanas para aliviarnos. En estos días el Teléfono de la Esperanza no para de escuchar quejas "que antes nunca habían tenido tanto pánico". 

Todos los expertos coinciden en que hay que planificarse y generar una rutina. Estivill pide no olvidarse del sueño y aprovechar este confinamiento para intentar dormir las ocho horas recomendables. "Hay que intentar levantarse con los rayos de la luz e irse a la cama ocho horas antes de que nos queramos despertar". Recuerda que cuando llega el atardecer, "esa luz naranja", el cerebro empieza a fabricar la melatonina, una sustancia que nos invita a dormir. "A las dos horas de que sucede el reloj biológico del cerebro nos pide ir a dormir". Propone no interrumpir este proceso por estar pegados a las pantallas porque "esa luz artifical" impide que el cerebro entienda que toca dormir. 

Y para llegar a esa hora del día el resto de la jornada hay que estar organizados, elaborando un horario con el que además a los más pequeños de la casa les ayudamos a entender esta situación excepcional. "Los niños necesitan rutinas para tener seguridad y ahora los adultos, en confinamiento también", señala Estivill. Su planing ideal pasa por levantarse a las ocho, realizar media hora de ejercicio y ponerse a trabajar o en el caso de los más pequeños a estudiar "como si estuvieran en el colegio, con su tiempo para descansar y luego volver al estudio".  Hay que tener especial cuidado con estar comiendo todo el día. Tomarse descansos son imprescindibles para ello. Y la cena lo ideal es que sea sobre las nueve de la noche para luego tener tiempo para desconectar de la realidad y de las pantallas.

Por último, hay que intentar mantener el contacto social. Estar encerrados no significa estar aislados del mundo. Y como una rutina más los ciudadanos confinados en sus casas que mañana salgan a aplaudir al balcón a las 20.00 horas para agradecer la labor de quienes están luchando en primera línea contra el coronavirus lo harán aún con sol.

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