Cancilleres centroamericanos buscan soluciones migratorias a largo plazo

  • Los cancilleres de El Salvador, Guatemala y Honduras señalaron hoy que trabajarán con EE.UU. para atajar la crisis migratoria generada por la llegada irregular a este país de miles de niños sin compañía, pero también para establecer soluciones a largo plazo que permitan prosperar a sus ciudadanos.

Washington, 24 jul.- Los cancilleres de El Salvador, Guatemala y Honduras señalaron hoy que trabajarán con EE.UU. para atajar la crisis migratoria generada por la llegada irregular a este país de miles de niños sin compañía, pero también para establecer soluciones a largo plazo que permitan prosperar a sus ciudadanos.

Los ministros de Exteriores de El Salvador, Hugo Martínez, de Guatemala, Fernando Carrera, y de Honduras, Mireya Agüero de Corrales, de visita en Washington para tratar esta crisis migratoria con las autoridades estadounidenses, participaron en un coloquio en el centro de análisis políticos Woodrow Wilson.

La droga, la violencia de las pandillas, el negocio que han encontrado los "coyotes" con el tráfico ilegal de migrantes y la falta de inversión para el desarrollo económico están entre las causas que apuntaron los ministros para este flujo migratorio que afecta a familias enteras.

La ministra hondureña recordó que el 80 % de la droga que entra a EE.UU. pasa por su país, por lo que consideró que hay que ver el problema con la perspectiva de quiénes son los países productores, de transito y los consumidores.

Las naciones centroamericanas "tenemos que asumir nuestra responsabilidad", reconoció, pero señaló que la falta de oportunidades, los niveles de violencia y la exclusión social en su país "no es sólo de los hondureños, es un problema integral vinculado a ser un país de transito (de drogas)".

"Lo que creímos que era una bendición de ser puente entre el sur y el norte se ha convertido en nuestra peor tragedia",indicó Agüero.

Por su parte, el canciller guatemalteco relacionó el descenso desde 2011 de niños migrantes mexicanos con un incremento de "coyotes" (traficantes) en Centroamérica, que han "convencido" a las familias, que pagan entre 5.000 y 7.000 dólares, de que "si viajaban ahora iban a recibir un permiso" para quedarse en EE.UU.

Los ministros acompañan a los presidentes de cada uno de esos países, Otto Pérez Molina (Guatemala), Salvador Sánchez Cerén (El Salvador)y Juan Orlando Hernández (Honduras), quienes se reunirán el viernes con el mandatario estadounidense, Barack Obama, para tratar el tema de la migración infantil y la violencia en Centroamérica.

Lo que pedirán a Obama es que se respeten los derechos de los menores, "se lleve el debido proceso y que tengan la posibilidad de acudir a las instancias legales que corresponde", sostuvo el canciller salvadoreño, a lo que su colega hondureña agregó que pedirán que se haga "lo que es humanamente correcto hacer".

Si bien dijeron que están tratando de hacer su parte, indicaron que todavía tienen que dedicar grandes partidas presupuestarias a seguridad, el 20 % del PIB en el caso de Honduras, mientras que a programas de salud se destina el 1,8 %.

"Si no rompemos este círculo vicioso, una cosa impacta a la siguiente", aseguró la ministra.

Por eso, pidieron ayuda "para entrar de lleno en las medidas de mediano y largo plazo", dijo el ministro salvadoreño, que permitan "generar oportunidades en los lugares de origen de la población migrante" con programas educativos y de formación vocacional, para que "la migración sea una opción, no una obligación".

"Lo que proponemos es una gran alianza por la prosperidad de estos países que es también la prosperidad de Estados Unidos, estamos demasiado cerca, demasiado conectados, por eso necesitamos una política común que va a repercutir en Estados Unidos", apuntó Martínez.

El canciller guatemalteco adelantó que se coordinarán acciones "inmediatas" para detener el flujo de niños, por el peligro que corren los menores, pero también para "establecer patrones" que permitan tratar el asunto a mediano y largo plazo.

Agüero señaló que esta crisis es una llamada de atención para todas las partes y afirmó que no se puede obviar que la migración es "un fenómeno global", por lo que "cuanto más se endurecen las leyes, más sofisticadas se hacen las redes de tráfico ilegal de personas".

"Si EE.UU. hubiera decidido dar el 10 % de lo que ha dado al endurecimiento de sus medidas migratorias a programas sociales, de creación de empleo o de apoyo a las maquilas la historia hoy sería distinta", señaló.

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