Cantabria pone en marcha un programa frente al maltrato de hijos a padres

  • Los servicios sociales cántabros van a empezar a trabajar con un nuevo programa para prevenir y atajar el maltrato de menores hacia sus padres y contarán para ello con el apoyo del Centro de Atención a la Infancia y la Adolescencia de Laredo, que se especializará en esta tarea.

Santander, 22 abr.- Los servicios sociales cántabros van a empezar a trabajar con un nuevo programa para prevenir y atajar el maltrato de menores hacia sus padres y contarán para ello con el apoyo del Centro de Atención a la Infancia y la Adolescencia de Laredo, que se especializará en esta tarea.

La consejera de Sanidad y Servicios Sociales, María José Sáenz de Buruaga, ha presentado hoy la nueva estrategia de trabajo en un acto con profesionales del sector y del ámbito judicial en el que ha animado a las familias a buscar ayuda sin "vergüenza" ni "temor", tan pronto como surjan estas situaciones, para que no se agraven.

Este programa de prevención de la violencia filio-parental es resultado de un trabajo que empezó en el año 2008 ante el aumento del número de menores con actitudes violentas hacia sus familias.

Se empezó por estudiar la situación en ese momento, examinando todos los casos de menores atendidos en la región a lo largo de un año.

El responsable de coordinar el trabajo ha sido el catedrático de Psicología Criminal de la Universidad de Valencia Vicente Garrido, autor del libro "Los hijos tiranos".

En Cantabria, los datos muestran que los casos van aumentando en los últimos años. En 2009, por ejemplo, se adoptaron 23 medidas judiciales por violencia de hijos a padres, mientras que en 2012 fueron 31, casi un 35 por ciento más.

Los hijos que maltratan a sus padres suelen tener entre 14 y 19 años (la edad media es de 16,5 años) y en el 80 % de los casos son varones.

Las causas más frecuentes de este tipo de violencia están relacionadas con trastornos de conducta, como la hiperactividad, el trastorno disocial o el trastorno negativista-desafiante.

Y también hay casos del denominado "síndrome del emperador", en el que, según ha explicado Sáenz de Buruaga, el menor "piensa que en su casa no hay más ley que la suya y que todos están a su servicio".

Para Vicente Garrido, este tipo de violencia no es algo que haya surgido "de pronto" y piensa que el aumento tiene que ver en parte con un cambio de percepción.

Según dice, en los años 80 y 90 se achacaban estas situaciones a "negligencia" de los padres en la educación de sus hijos, pero con la llegada de familias "normalizadas" a los servicios sociales se ha replanteado esa visión.

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