Toledo, 31 jul.- Castilla-La Mancha ha despedido hoy en un emotivo funeral, oficiado por el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, a los seis fallecidos de la región en el accidente ferroviario del 24 de julio en Santiago de Compostela, que se cobró la vida de 79 personas.
La presidenta de Castilla-la Mancha, María Dolores de Cospedal, en declaraciones a los periodistas antes de entrar en la iglesia de Santo Tomé de Toledo, donde ha tenido lugar el funeral, ha transmitido su solidaridad y recuerdo.
"Que sepan que los llevamos en el corazón y estamos con ellos", ha afirmado Cospedal.
En la tres primeras filas del templo, además de las autoridades, se han sentado familiares de las víctimas de Ciudad Real, a quienes Cospedal se ha acercado a consolar antes de comenzar los oficios religiosos.
En su homilía, el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha recordado uno por uno a las seis víctimas mortales vecinas de Castilla-La Mancha: Isidoro, Marta, Juana, Chema, Luis Manuel y Elena; y a los heridos: Isidoro, el hijo del fallecido del mismo nombre y novio de Marta; Carmen; Antonio, marido de Juana, y Rosana.
"Todo esto nos ha removido por dentro", ha admitido Rodríguez, quien ha recordado que durante la catástrofe él se encontraba en Brasil para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El arzobispo ha finalizado el acto religioso con un "recuerdo dolorido" por los fallecidos y ha transmitido "fuerza y espíritu" a los familiares, amigos y conocidos.
Entre las autoridades presentes, han estado varios consejeros del Gobierno de Castilla-La Mancha, alcaldes de la región, el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Vicente Tirado, diputados regionales y la vicealcaldesa de Toledo, Paloma Heredero. EFE
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