Católicos en frontera de México y EEUU esperan mensaje papal sobre migrantes

  • Millares de fieles se congregaron este miércoles en ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos para la última misa que oficiará el papa Francisco en su maratónica gira mexicana, en Ciudad Juárez, donde esperan escuchar un mensaje de solidaridad con los migrantes.

La ceremonia papal se realizará en una explanada al lado del río Bravo, que divide los dos países, y que será transmitida por pantallas gigantes a un estadio de El Paso, Texas.

Centenares de personas cruzaron la frontera desde Estados Unidos para acompañar la misa, mientras otros optaron por participar desde el estadio Sun Bowl de El Paso, donde los organizadores esperan a 52.000 asistentes.

"Ya nos sentimos bendecidos aún cuando no veamos personalmente al papa Francisco. Nos basta con su presencia en nuestra región", comentó Sandra Ovalle, de 32 años y originaria de Chihuahua (norte), quien viajó con su familia desde Albuquerque, Nuevo México, para presenciar la misa en El Paso.

Antes de la ceremonia transfronteriza, el papa visitó una cárcel y se reunió con empresarios y trabajadores en Ciudad Juárez.

En el Centro de Readaptación Social 3 de la localidad, Francisco cuestionó que la cárcel pueda resolver los problemas de la seguridad que golpean a México.

"El problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando, sino que es un llamado a intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social", dijo Francisco.

El encuentro tuvo especial significación en México porque, un día antes de la llegada del papa, 49 presos murieron en un motín en un penal Monterrey (norte).

Francisco se encontró también con dirigentes laborales y empresariales, a quienes advirtió de la falta de oportunidades para los jóvenes mexicanos.

"Uno de los flagelos más grandes a los que se ven expuestos sus jóvenes es la falta de oportunidades de estudio y de trabajo (...) generando en muchos casos situaciones de pobreza. Y esta pobreza es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia", advirtió.

Desde primera hora de la mañana, miles de personas con banderines y camisetas con la leyenda "yo amo al papa" empezaron a llegar para esperar la misa en una explanada junto al fronterizo río Bravo, por donde cada año pasan centenares de migrantes en busca del sueño americano.

En el lado estadounidense de la frontera, cerca de 450 familias de migrantes indocumentados y solicitantes de asilo aguardaban recibir la bendición del papa.

"Los inmigrantes quieren escuchar del papa: 'yo estoy con ustedes'", comentó Rubén García, director del albergue Casa Asunción, en El Paso.

La mayoría de los migrantes que atraviesan el río Bravo son centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza de sus países y se juegan la vida al atravesar México, donde enfrentan extorsiones, secuestros e incluso son asesinados por el crimen organizado.

Después de lanzar mensajes duros contra el narcotráfico y la corrupción en su gira por México, se espera que, durante la última misa e México, el papa se enfoque en la dramática situación de los migrantes.

Cerca de donde tendrá lugar el oficio religioso está el sencillo comedor comunitario "El Pescador", sitio de paso para muchos migrantes como Isaías Franco, un salvadoreño de 47 años.

"Nosotros no vamos a hacer daño a nadie, solo salimos de nuestros países a buscar un futuro mejor. Solo pedimos respeto", expresó este hombre que llegó a vivir siete años en Oklahoma antes de ser deportado en 2011.

En los últimos meses, se ha registrado una ola de deportaciones en México, que se suma a las que realiza Estados Unidos, que las ha intensificado recientemente.

En Estados Unidos, posiciones en contra de la inmigración como las del aspirante presidencial republicano Donald Trump tienen cada vez más altavoces: el magnate lamentó el martes que Francisco sea una personalidad "muy política" que no entiende "el peligro de tener una frontera abierta como la que hoy tenemos con México".

La migración es solo uno de los problemas que experimenta Juárez por su condición fronteriza.

Enclavada en el desierto de Chihuahua, esta ciudad vivió los peores años de la guerra contra el narco entre 2008 y 2011, en medio de las batallas entre el cártel de Juárez y el de Sinaloa, de Joaquín "El Chapo" Guzmán.

Decenas de chicas jóvenes desaparecieron esos años y sus familiares siguen buscándolas o exigiendo justicia por las que aparecieron en pedazos en el desierto, volviendo la memoria a la época negra de los feminicidios en los años 1990.

La misa será la última actividad de Francisco en México, quien partirá en horas de la noche a Roma.

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