Cebreros (Ávila) recuerda al vecino "que jugaba con los pobres"

  • Una puerta cerrada a cal y canto, en el número 54 de la calle Adolfo Suárez, en Cebreros (Ávila), pero sobre la que no figura placa ni cartel alguno, señala el lugar de nacimiento del primer presidente de la democracia española, que hoy se encuentra en boca de todos los vecinos dado su estado de gravedad y que "jugaba con todos los pobres".

Carmen T. Izquierdo

Cebreros (Ávila), 22 mar.- Una puerta cerrada a cal y canto, en el número 54 de la calle Adolfo Suárez, en Cebreros (Ávila), pero sobre la que no figura placa ni cartel alguno, señala el lugar de nacimiento del primer presidente de la democracia española, que hoy se encuentra en boca de todos los vecinos dado su estado de gravedad y que "jugaba con todos los pobres".

En una calle solitaria, en la que muchas de las viviendas se encuentran en esta época del año cerradas, pero que resucitan en verano y en carnaval, una fiesta de gran tradición en este municipio de más de 3.500 habitantes situado junto a la Comunidad de Madrid, pocas son las personas que hablan de la figura del expresidente.

En el Hogar del Jubilado, en el centro de la localidad, sin embargo, las anécdotas y los recuerdos no paran de aflorar en boca de personas que continúan tratando con los hermanos Suárez que visitan el pueblo, Ricardo y Polo.

Es el caso de Eduardo González, de 83 años, que ha recordado, en declaraciones a Efe, algunos momentos en los que destacó la actuación de Suárez, como el derrumbe del hotel de Los Ángeles de San Rafael, en 1969, cuando "en una hora y media se recuperaron los cuerpos de 58 personas".

"Cebreros es Adolfo y Adolfo es Cebreros", ha afirmado, para añadir que, en estos momentos, "el pueblo está triste y es lógico".

Así lo cree también Mariano González, de 81 años, "los mismos que el expresidente", quien ha recordado cuando, "con quince o dieciséis años", durante las vacaciones de verano, Adolfo Suárez acudía a casa de su abuela, Josefa, e iba a la era a trillar con ellos.

"Más de dos veces he jugado con él", ha recordado Pablo Vidal, quien no ha dudado en repasar la historia de la familia, empezando por la abuela, que tenía una fábrica de licores en el municipio, pero también para subrayar que el primer presidente de la democracia "se iba a jugar con los más pobres".

El recuerdo de Adolfo Suárez pervive en cada rincón de Cebreros y en la mente de todos sus habitantes, tanto los que le conocieron más como los que le conocieron menos, como Luis Jorge, para quien el expresidente es "una figura de la que tienen que tomar ejemplo los políticos que hay ahora", porque "no hacen lo que él hizo, que se fue con las manos limpias".

"Jugaba a las cartas y al carambolo y paraba mucho por El Cartujo", ha resaltado Faustino, en referencia a un establecimiento de hostelería del municipio en el que también pasaba tiempo Camilo José Cela, el tiempo que estuvo en estas tierras.

"Nadie debería decir nada malo ni de él ni de la familia", ha aseverado rotunda María Asunción Gómez.

Y lo dice, ha insistido, desde la experiencia que le aportan los años y la convivencia, "puerta con puerta", con la familia de Suárez, desde sus abuelos y porque "la abuela Josefa", como aquí la conocían, "era extraordinaria", hasta el punto de que a María Asunción y a sus hermanos les "consoló mucho" cuando perdieron, de jóvenes, a su madre.

"Además de ser uno de los grandes presidentes que ha habido, era un político que miró por España y por el país y le costó su vida política el mirar por España", ha subrayado Francisco Alía, otro vecino de Cebreros para quien "a toda la familia le viene de raza" el comportamiento.

"Es un hombre que merece un monumento por el trabajo que ha realizado por España", ha concluido.

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