Ceuta y Melilla, al límite por la saturación en los centros de menores

  • Ceuta y Melilla viven estos días una situación límite en los centros de acogida, por la situación de saturación que han provocado las últimas entradas de menores extranjeros no acompañados que se han registrado en las dos ciudades autónomas.

Ceuta/Melilla, 11 jun.- Ceuta y Melilla viven estos días una situación límite en los centros de acogida, por la situación de saturación que han provocado las últimas entradas de menores extranjeros no acompañados que se han registrado en las dos ciudades autónomas.

En el centro de menores de "La Purísima" de Melilla el número de acogidos ha alcanzado los 200, unos 80 por encima de su capacidad máxima, ya sobrepasada desde hace meses, mientras que en "La Esperanza" de Ceuta hay unos 150 acogidos.

En Melilla, el número es todavía mucho mayor, ya que, además de "La Purísima", que es el que se toma siempre como referencia, existen otros centros que albergan a extranjeros no acompañados.

Aunque las dos ciudades comparten el incremento de la denominada inmigración infantil en los últimos días, existen diferencias entre ambas, ya que, mientras en Melilla las últimas entradas corresponden a menores subsaharianos, en Ceuta son fundamentalmente marroquíes, por el paso fronterizo del Tarajal.

La alarma se ha extendido, pues la ocupación antes de los últimos accesos ya era muy elevada, sobre todo teniendo en cuenta la extensión de Ceuta y Melilla, ciudades de apenas 19 y 13 kilómetros cuadrados, respectivamente.

El incremento de la presión migratoria ha coincidido también con la llegada del buen tiempo, siguiendo la tónica tradicional de que, con el verano, se registra un mayor número de intentos de entrada.

La inesperada llegada a Melilla de 23 subsaharianos en apenas siete días ha obligado a adaptar una de las aulas de "La Purísima", donde se han instalado literas de manera provisional, ya que el centro ya estaba por encima de su capacidad antes de esta última oleada.

La mayoría de ellos llegaron el viernes, coincidiendo con el intento de entrada masivo protagonizado por un gran número de subsaharianos, un asalto en el que, según ha confirmado hoy la Delegación del Gobierno, participaron más de cien personas, el doble de lo que se dijo inicialmente.

La situación límite y de saturación incrementa también el riesgo de incidentes en el interior de los centros, bien entre los propios menores, bien con los trabajadores que prestan en ellos su servicio.

Así ha sucedido, por ejemplo, en Ceuta, donde los trabajadores han asegurado que hace una semana se produjo un incidente en el interior del centro cuando los empleados de guardia tuvieron que evitar la agresión a un menor por un joven que había saltado al interior porque el inmigrante le debía dinero.

Tanto Ceuta como Melilla esperan que esta situación no empeore, ya que la capacidad con la que cuentan es limitada para poder seguir soportando una presión de estas características.

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