Charlie Hebdo empapa Angulema

  • El espíritu de Charlie Hebdo se ha apropiado del Festival Internacional del Cómic de Angulema, donde estos días resuenan las voces de Wolinski, Charb, Cabu, Tignous y Honoré con algo de la irremediable impertinencia que empezaba a diluirse entre un sinfín de homenajes institucionales.

Javier Albisu

Angulema (Francia), 30 ene.- El espíritu de Charlie Hebdo se ha apropiado del Festival Internacional del Cómic de Angulema, donde estos días resuenan las voces de Wolinski, Charb, Cabu, Tignous y Honoré con algo de la irremediable impertinencia que empezaba a diluirse entre un sinfín de homenajes institucionales.

La presencia del malherido semanario, que desde 1970 otorga a las caricaturas un peso sobresaliente, es hegemónica en este centro de gravedad mundial del noveno arte hasta el próximo domingo.

"Angulema es Charlie", a bocajarro y desde los primeros adoquines de la empinada avenida Gambetta, que lleva de la estación de tren hasta el corazón del festival, mojado este año por una insistente lluvia fina.

Primero, el fenómeno se percibe a través de un notable despliegue policial, inédito en un encuentro amable que desde hace cuatro décadas se instala en una tranquila localidad de menos de 50.000 habitantes.

Y a renglón seguido, con el tributo que le brindan a los fallecidos quienes encajan su muerte como un ataque inadmisible a la libertad de expresión y al derecho a la burla y a la crítica, por áspera que pueda ser.

"Es un mensaje a la sociedad, directamente. Esta vez sentía que el destinatario del mensaje del miedo era yo", comenta a EFE el español Javier de Isusi, nominado al mejor álbum del año por "He visto Ballenas", donde analiza la violencia terrorista a través de tres personajes relacionados con ETA.

Los organizadores del Festival de Angulema, que cumple 42 ediciones, han trabajado a contrarreloj para dar un papel central al semanario que osó bromear con dibujos de Mahoma y que el pasado 7 de enero terminó ensangrentado por la furia yihadista.

En la fachada del Ayuntamiento, la mascota del festival sujeta la pancarta de "Yo soy Charlie". Enfrente, un kiosco muestra ejemplares del llamado "número de los supervivientes", publicado después del ataque.

El festival ha creado un nuevo premio "Charlie Hebdo" dedicado a la libertad de prensa y los grupos escolares posan sonrientes delante de murales garabateados con tributos a sus mártires.

El Museo del Cómic (desalojado por una falsa alarma en la jornada inaugural), alberga una cuidada exposición retrospectiva en la que pueden verse policías fuertemente armados sonriendo ante algunas viñetas de la revista, de marcado carácter antimilitarista.

Sin embargo, la persistente reivindicación del lema "Yo soy Charlie", incluso entre quienes antes desacreditaban sus derivas humorísticas, ha terminado por desprender parte del espíritu insolente que el autodenominado "diario irresponsable" agita con orgullo.

Con la emoción del momento se toleran hasta portadas con el vello púbico de Marine Le Pen evocando al bigote de Hitler, lemas como "A la mierda todas las religiones" o a Jesucristo fornicando con Dios (reunidas todas en la retrospectiva que visitan colegios, policías y bomberos).

El encargado de devolver la frescura al "Yo soy Charlie" ha sido el autor Jean-Christophe Menu, una voz veterana y "underground" del cómic designado por Charlie Hebdo para recoger un premio homenaje a la revista entregado el jueves en la jornada inaugural en el Ayuntamiento, ante notables y medios de comunicación.

Cuando recibió la estatuilla, una paloma forrada con viñetas que le entregaron al término de una ceremonia que se eternizaba, Menu lanzó un alegato libertario y punzante en el que reivindicó la sensibilidad ácrata de "Charlie".

"'Charlie' es el que bromea cuando el alcalde de Angulema hace poner jaulas de zoo alrededor de los bancos públicos para que no puedan dormir los indigentes. 'Yo soy Charlie' no es un eslogan, 'Charlie' es el que le dice al alcalde que es un gilipollas", lanzó a escasos dos metros del edil conservador, Xavier Bonnefont.

Tras la oleada de atentados yihadistas en París los pasados 7, 8 y 9 de enero, en los que murieron 17 víctimas y 3 terroristas, Charlie Hebdo regresó de urgencia a los kioscos con una edición que vuelve a mostrar a Mahoma en la portada. Lleva vendidos 7,3 millones de ejemplares.

Se espera que el próximo 11 de febrero se publique un nuevo número. En lugar de 16 páginas, tendrá 12: el número de personas que murieron en el ataque a su redacción. El dibujante "Riss", herido de bala en la espalda en el atentado, se pondrá al frente de la cabecera.

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