El 33 por ciento de las chicas y el 29 por ciento de los chicos
españoles de entre 14 y 18 años son fumadores y más del 12 por ciento fuman a diario lo que coloca a España a la cabeza de los países de la Unión Europea donde los jóvenes comienzan antes con este "mal" hábito.
A pesar de que muchos de esos adolescentes son conscientes de que su
hábito comporta "un elevado" riego de sufrir enfermedades cardiovasculares, respiratorias o cáncer; sólo un escaso porcentaje conoce que el consumo de tabaco también incrementa la probabilidad de padecer afecciones oculares como las cataratas o la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
Coincidiendo con la celebración del Día Mundial Sin Tabaco este próximo miércoles, 31 de mayo, Clínica Villoria, de Pontevedra, realizará durante todo esta semana una campaña divulgativa a través de las redes sociales y de su página web (http://clinicavilloria.es) para concienciar a la población sobre los efectos adversos que el tabaco provoca en la visión.
La doctora y directora de la clínica, Carmen Villoria, ha advertido de que "pocas personas relacionan al fumador con problemas visuales, si bien está demostrado que su efecto es evidente y frecuente en distintas patologías", y son las más comunes en personas fumadoras o incluso en aquellas expuestas al tabaco.
Pero, sin duda, el principal efecto se produce con las cataratas y en la degeneración macular, una enfermedad progresiva asociada a la edad que sufren más de 750.000 adultos en España y que constituye la causa principal de pérdida de visión parcial y ceguera.
La mácula, ubicada en el centro de la retina, es crucial para tareas como conducir y leer y, según estudios realizados por la OMS, un fumador puede experimentar esta pérdida de visión hasta 5 años antes que un individuo sin esta adicción.
En el caso de las cataratas, enfermedad consistente en la opacidad del cristalino que impide el paso de los rayos luminosos y dificulta la visión hasta poder llegar a la ceguera, se calcula que son un 40 por ciento más frecuentes entre los fumadores.
Esta mayor incidencia se debe tanto a la acción directa de las sustancias tóxicas del humo en los ojos, como a la liberación en los pulmones de sustancias nocivas que mediante el torrente sanguíneo llegan a los ojos y también afecta a los fumadores pasivos.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios