Cien personas piden frente a la casa de la enfermera que no maten a su perro

  • Un centenar de personas se ha concentrado en Alcorcón frente al bloque de viviendas de la auxiliar de enfermería del hospital Carlos III que ha contraído el ébola, ante la decisión de las autoridades sanitarias madrileñas de sacrificar a su perro, llamado Excalibur.

Alcorcón (Madrid), 7 oct.- Un centenar de personas se ha concentrado en Alcorcón frente al bloque de viviendas de la auxiliar de enfermería del hospital Carlos III que ha contraído el ébola, ante la decisión de las autoridades sanitarias madrileñas de sacrificar a su perro, llamado Excalibur.

La Comunidad de Madrid ha ordenado sacrificarlo al entender que "supone un posible riesgo de transmisión de la enfermedad al hombre", ya que "vivía en estrecho y permanente contacto" con la paciente.

En una nota de la Consejería de Sanidad remitida hoy a los medios se explica que, según la información científica disponible, "existen datos que confirman el hallazgo de perros con anticuerpos positivos del virus del ébola", por lo que estos animales "pueden sufrir un proceso de viremia aunque se muestren asintomáticos".

"En consecuencia, no existe garantía de que los animales infectados no eliminen el virus a través de sus fluidos orgánicos, con el riesgo potencial de contagio", añade.

Tras el llamamiento hecho en las redes sociales por asociaciones de defensa de los animales para salvar al perro, a la protesta han acudido militantes y simpatizantes del Partido Animalista, algunos de ellos ataviados con petos de esta formación que luego se han quitado al comentar entre ellos que la protesta no estaba autorizada.

"Javi y Teresa, Excalibur no está solo", han coreado los concentrados en referencia a los nombres de la auxiliar de enfermería, su marido y la mascota de ambos.

"Sí al perro y no a la Mato", "Vecino, el próximo es tu perro" y "Sin prueba de contagio, sacrificio ilegal" han sido otros de los lemas que más se han escuchado.

Entre los concentrados se encontraba Carlos Rodríguez, quien supuestamente tiene ya la custodia del perro y un abogado. Ambos han explicado a Efe que se habían acudido para enterarse qué va a pasar con el perro y han aclarado que no pretendían hacer "una acción concreta".

Según los vecinos, el perro seguía a primera hora de la noche en el piso de la pareja, en la sexta planta de un edificio de siete alturas del barrio de Los Castillos, en el municipio madrileño de Alcorcón, con comida y agua para varios días.

Un grupo de agentes de la Policía Local y de la Policía de Fronteras del Cuerpo Nacional de Policía formaba un cordón de seguridad delante del edifico.

El portero de la finca, de la que es presidente de la comunidad el marido de la auxiliar de enfermería, colocó esta tarde un cartel en el que se puede leer: "Comunicado a la prensa. Por petición de los vecinos de la comunidad de propietarios Residencial Jardín III, se ruega no entorpezcan el desarrollo normal del vecindario, respetando las zonas comunes y las zonas de acceso a la comunidad, tanto peatonales como de vehículos".

Los concentrados no han llegado a interrumpir el tráfico de la avenida donde vive el matrimonio, formada por cuatro carriles (dos en cada sentido) y una mediana.

Los concentrados, que reclaman que se ponga en cuarentena o en aislamiento al perro para comprobar si se ha contagiado del virus antes de proceder a su sacrificio.

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