Más del 40 por ciento de los adolescentes tanzanos no cursan educación secundaria

  • Más de 1,5 millones de adolescentes tanzanos, un 40 por ciento del total, no acceden a los primeros niveles de educación secundaria a pesar de las medidas adoptadas por el Gobierno para garantizar la gratuidad, según un informe de Human Rights Watch (HRW) divulgado este martes.
EUROPA PRESS

El informe, 'Tenía el sueño de terminar la escuela: barreras para la educación secundaria en Tanzania', analiza en 109 páginas los obstáculos a los que se enfrentan cientos de miles de niños para concluir el currículum educativo, entre otras razones por la falta de centros en zonas rurales, por los exámenes de acceso y por la discriminación de niñas embarazadas o casadas.

HRW ha entrevistado a más de 220 personas de todo el espectro del sistema, desde alumnos y padres hasta profesores y autoridades, y ha concluido que sigue habiendo trabas. La investigadora Elin Martínez, autora del reportaje, ha celebrado que "la abolición de las tasas y contribuciones para la escuela secundaria ha sido un gran paso adelante", pero ha pedido al Gobierno medidas para evitar los obstáculos que, en la práctica, siguen limitando la educación.

El Ejecutivo se comprometió a construir escuelas secundarias en todas las circunscripciones administrativas, pero HRW ha constatado que en algunas zonas sigue sin haber centros o los alumnos tienen que caminar hasta 25 kilómetros. Los gastos en transporte, uniforme, libros o alojamiento dejan fuera, además, a los adolescentes de menos ingresos.

"Las clases comenzaron el 11 de enero, pero para mí no, porque mis padres no pudieron comprarme uniformes, mochila y materiales", ha lamentado una adolescente de 16 años residente en Dar es Salaam. La familia espera poder reunir los 75.000 chelines tanzanos que necesita (casi 32 euros).

Otros niños no pueden dar el salto educativo porque suspenden el examen obligatorio con el que concluye la educación primaria. HRW calcula que, desde 2012, alrededor de 1,6 millones de personas no han accedido a la educación secundaria por suspender este examen, que no pueden repetir.

MUJERES

En el caso de las mujeres, la situación se complica aún más. El Banco Mundial estima que sólo una de cada tres niñas que comienzan en centros de educación secundaria logran graduarse, en muchos casos debido a que son expulsadas por "ofensas contra la moralidad".

Unas 8.000 adolescentes dejan de ir a clase cada año en Tanzania tras quedarse encintas y, segun HRW, los propios centros realizan test de embarazos a las alumnas. Para la ONG, se trata de "una práctica abusiva y discriminatoria" a la que ha llamado a poner fin de forma inmediata.

Las mujeres pueden ser víctimas también de acoso sexual, en algunos casos ejercido por los profesores. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) constató en 2011 que una de cada diez niñas habían sufrido violencia sexual a manos de un docente, si bien rara vez estos abusos terminan en denuncia ante la Policía.

Los alumnos con discapacidad son otro colectivo especialmente vulnerable, toda vez que los centros carecen de las instalaciones necesarias y los profesores no disponen de los recursos para enseñar a estas personas.

INVERSIÓN

La educación ha sido una prioridad para los gobiernos de Tanzania desde la independencia en 1961 y en el presupuesto de 2016-2017 se le dedica una partida del 22 por ciento. Sin embargo, el actual enfoque se atisba insuficiente para responder a las necesidades de una de las poblaciones más jóvenes del mundo --el 43 por ciento de los habitantes tiene menos de 15 años--.

Martínez ha subrayado que, una vez que el Gobierno se ha comprometido a "garantizar la educación secundaria para todos", es hora de trabajar para que así sea y poner fin a todo tipo de prácticas "discriminatorias y abusivas" que impiden a más de un millón de niños completar su desarrollo formativo.

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