Cientos de miles de personas asisten en Madrid a la Misa de la Familia

  • Cientos de miles de personas se congregaron hoy en el centro de Madrid para asistir a la Misa de la Sagrada Familia de Nazaret, en la que el cardenal-arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco, denunció la práctica del aborto.

Madrid, 30 dic.- Cientos de miles de personas se congregaron hoy en el centro de Madrid para asistir a la Misa de la Sagrada Familia de Nazaret, en la que el cardenal-arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco, denunció la práctica del aborto.

En su homilía ante los fieles de todas las edades reunidos en la Plaza de Colón, Rouco destacó la importancia de la familia cristiana como "eje vertebral de la sociedad, especialmente en tiempos de crisis".

El presidente de la Conferencia Episcopal española lanzó en su homilía duros mensajes en contra del aborto y del matrimonio homosexual, leyes aprobadas por el anterior Gobierno socialista español y que la Iglesia Católica rechaza.

El cardenal denunció que el número de niños "a los que en nuestras sociedades, de raíces cristianas, se les ha impedido nacer en estas tres últimas décadas es sencillamente estremecedor".

"La vida es un bien sagrado que el ser humano recibe de Dios" y el hombre "no es el dueño de la vida sino su servidor: desde el momento en el que es concebida en las entrañas maternas hasta el instante de la muerte natural", señaló.

Los asistentes a la multitudinaria misa aguantaron el intenso frío que reinaba en la capital española a lo largo de las tres horas que duró la ceremonia que, además del oficio litúrgico, incluyó cánticos y villancicos, el rezo de un rosario y el testimonio de matrimonios y parejas cristianas.

La celebración de la misa estuvo precedida por la lectura de un mensaje del papa Benedicto XVI a los matrimonios cristianos en el que les animó a dejarse guiar por la Iglesia para superar las dificultades "sin ceder a tantas fuerzas mundanas que amenazan el gran tesoro de la familia".

Rouco recordó también unas palabras de otro papa, Juan Pablo II, quien en su primera visita a España dijo que quien "negare la defensa a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida cometería una gravísima violación del orden moral; nunca se puede legitimar la muerte de un inocente".

Y constató "cuán otro sería el panorama demográfico, social y humano de las actuales sociedades europeas, incluida la española, si se hubiesen escuchado esas palabras valientes".

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