Combinación deportes acuáticos y educación ambiental forma a 120.000 menores

  • Hasta 120.000 menores de más de medio centenar de clubes náuticos y escuelas de vela en toda España se han beneficiado durante los últimos 17 años con los talleres Grímpola de la Fundación Ecomar, presidida por Theresa Zabell, que combina la práctica de deportes acuáticos con la educación ambiental.

Madrid, 15 ene.- Hasta 120.000 menores de más de medio centenar de clubes náuticos y escuelas de vela en toda España se han beneficiado durante los últimos 17 años con los talleres Grímpola de la Fundación Ecomar, presidida por Theresa Zabell, que combina la práctica de deportes acuáticos con la educación ambiental.

"Nuestro objetivo es doble: acercar a los niños al mundo del mar y enseñarles cómo aportar su granito de arena para ayudar a mantener el planeta", ha explicado a Efeverde la medallista olímpica, que también fue eurodiputada además de la primera mujer en ocupar la vicepresidencia primera del Comité Olímpico Español.

Zabell afirma que en España se ha "mejorado" en los últimos años en lo relativo a conciencia medioambiental, especialmente entre los practicantes de actividades náuticas, que "están muy concienciados", pero "aunque se hacen cosas, aún no son suficientes".

Se queja de que "ni la gente ni las instituciones dan la importancia que se merece a la conservación marina, y eso que el mar es el gran pulmón del planeta".

De ahí la importancia de la formación en esta materia desde la infancia, ya que "es un dato poco conocido pero el 80 % de la basura que llega al mar no procede de la costa o la navegación sino de tierra adentro, a través de los ríos". "Aunque vivamos en Madrid, Valladolid o Zaragoza, nuestros hábitos diarios también pueden servir para cuidar el mar", dice.

Una de las principales actividades de la Fundación Ecomar son los talleres Grímpola, así llamados en referencia a la banderola característica de los clubes náuticos, que suele tener forma de gallardete triangular.

Cada año participan unos 10.000 niños en estos seminarios de formación, de acuerdo con un programa "enfocado más hacia la calidad que hacia la cantidad" y que permite, "a través de la educación de los menores, llevar estos conocimientos ambientales a sus padres y familias".

La combinación del deporte con el desarrollo de la conciencia ecológica permite "avanzar mejor" en ambas actividades pues "una persona que se enamora de un deporte de naturaleza va a querer proteger el entorno en el que lo practica", argumenta Zabell.

Por ello, otro proyecto que este año ha recibido un fuerte impulso ha sido el de limpieza de costas a través del voluntariado: "Al principio, los chavales se preguntan por qué hay que recoger los residuos que dejaron otros, pero pronto se dan cuenta de la importancia de su labor y al final acaban compitiendo por ver quién limpia más y mejor".

Así, en cinco campañas concretas desarrolladas durante 2014, varios grupos de niños recogieron más de 600 kilogramos de desperdicios.

"Sabes que has tenido éxito cuando ves que piden volver, que quieren seguir colaborando de alguna forma a ser embajadores del planeta", explica la presidenta de Ecomar.

Estas campañas se desarrollan habitualmente durante los meses de verano, aunque en 2014 se hizo una en octubre en el embalse de San Juan y la idea es ampliarlas ahora a partir de marzo.

Uno de los aspectos interesantes de la fundación es que sus actividades se desarrollan en todo el litoral, tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo, pero también en aguas interiores en lugares como Madrid, Vitoria o Sevilla, pues los deportes náuticos "no son sólo de costa".

"Países como Austria o Suiza poseen casi cuatro veces más barcos por habitante que España sin tener costa y además soportan un clima peor", señala Zabell.

Entre las novedades de Ecomar para 2015 figura la puesta en marcha de una red de voluntarios, una mayor interactividad de su publicación "Cuadernos de Bitácora" y la extensión de actividades a Portugal, donde ya el año pasado se llevó a cabo la primera.

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