Con bocanadas de gas y ceniza el volcán Tungurahua recuerda que está activo

  • Con grandes bocanadas de gas y ceniza y la expulsión de rocas incandescentes, el volcán Tungurahua, situado en el centro de los Andes de Ecuador, recordó hoy que aún está activo y que la tranquilidad que mantuvo en los últimos meses sólo fue un respiro.

Fernando Arroyo León

Cotaló (Ecuador), 28 nov.- Con grandes bocanadas de gas y ceniza y la expulsión de rocas incandescentes, el volcán Tungurahua, situado en el centro de los Andes de Ecuador, recordó hoy que aún está activo y que la tranquilidad que mantuvo en los últimos meses sólo fue un respiro.

La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos ha declarado en la provincia de Tungurahua la "alerta naranja", la segunda de mayor nivel, tras la roja.

Existe una evacuación voluntaria de zonas aledañas al volcán, pero no hay órdenes de salida obligatoria de ninguna población, según dijo a Efe una fuente de la Secretaría en Guayaquil, que pidió no ser identificada.

El volcán presenta hoy una actividad "alta", expulsa rocas incandescentes, material magmático y los llamados "flujos piroclásticos", y está coronado por una columna de ceniza de hasta tres kilómetros de altura, según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.

Hoy no hay viento, por lo que "no hay peligro de que caiga ceniza en zonas pobladas", aunque la situación puede cambiar en cualquier momento, dijo la fuente de la Secretaría de Gestión de Riesgos.

La alerta "naranja" incluye la activación de un plan de contingencia y es la medida que se establece en los protocolos cuando se presenta un proceso eruptivo, señaló el gobernador de Tungurahua, Alexis Sánchez.

No se descarta aumentar el nivel de emergencia si el coloso incrementa su actividad a niveles peligrosos, remarcó Sánchez, aunque dijo que por el momento la situación no alcanza para ello.

Más bien, indicó a Efe, se esperaría que la actividad baje para que se normalicen todas las actividades en esta zona, eminentemente agrícola y turística.

Liliana Troncoso, una geóloga del IG que vigila el comportamiento de la montaña desde el Observatorio Guadalupe, a unos 14 kilómetros del volcán, precisó a Efe que se han escuchado ruidos fuertes salir del cráter, como bramidos, y que no ha cesado una banda de temblor constante.

El actual pulso eruptivo comenzó el domingo, cuando el coloso de 5.019 metros de altura generó dos fuertes explosiones de gas y material magmático.

La actividad saturó los sismógrafos del Instituto, que vigila sin descanso a este volcán desde 1999, cuando empezó su actual proceso eruptivo, un período en el que ha intercalado pulsos de gran actividad con periodos de relativa calma.

Sánchez explicó que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) en la provincia de Tungurahua está en alerta, así como la Policía, las Fuerzas Armadas, Bomberos, la Cruz Roja Ecuatoriana y otros organismos de asistencia, coordinados por la Secretaría de Gestión de Riesgos.

Albergues ubicados en zonas seguras están listos para recibir a los eventuales desplazados de las áreas de peligro, en caso de que la situación así lo requiera.

Además, la Secretaría de Gestión de Riesgos cuenta con alimentos, mascarillas y productos de higiene para miles de personas en una bodega en la cercana provincia de Chimborazo y podría movilizar muchos más de almacenes en Quito y Guayaquil, pero no ha comenzado a repartirlos porque por ahora no lo considera necesario.

Al mismo tiempo, las autoridades han redoblado la vigilancia en las zonas "de más alto riesgo", especialmente en las poblaciones asentadas en los flancos de la montaña.

La ciudad de Baños de Agua Santa, ubicada al pie del Tungurahua, es la única área que permanece en "alerta amarilla", de precaución.

Esta ciudad es considerada el principal atractivo turístico del país en el continente, sólo superada por las Islas Galápagos, en el océano Pacífico.

Los baneños aseguran que han aprendido a "convivir con el volcán" y confían en que la montaña no les hará daño, como no lo ha hecho en los últimos siglos.

Además, aseguran que la magia de color y sensaciones que ofrecen sus espectaculares explosiones atrae a turistas a los que les gusta la aventura.

Guido Calderón, un operador turístico de Baños, aseguró a Efe que la ciudad está "tranquila" y que realiza sus actividades con "normalidad", aunque destacó que la población está capacitada y preparada para hacer frente a los pulsos eruptivos del volcán.

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