La Audiencia provincial de León ha condenado a una pena de 26 años y seis meses de prisión al acusado de asesinar con un arma blanca a un jubilado, a cuya mujer también hirió, durante un atraco cometido en agosto de 2017 en la localidad leonesa de San Andrés del Rabanedo.
En virtud del veredicto de culpabilidad emitido por el jurado popular el 16 de abril, el tribunal ha condenado en concreto a Óscar G.N., de nacionalidad venezolana, a la pena de 22 años y 6 meses de prisión por un delito de asesinato y a otros 4 años por el delito de robo con violencia o intimidación con utilización de instrumento peligroso.
Durante la última sesión de la vista oral el 15 de abril, la Fiscalía mantuvo sus tesis y recalcó que había quedado suficientemente acreditado que el acusado fue el autor de un asesinato marcado por una violencia "absolutamente gratuita". Por el contrario, la defensa reclamó la libre absolución del acusado al entender que no se pudo probar su implicación en los hechos e incluso llegó a acusar a la Policía Nacional de mentir para incriminar a su patrocinado.
En sus calificaciones finales, la fiscalía mantuvo que sobre la medianoche del 19 de agosto de 2017 la víctima y su esposa paseaban por la calle Marqués de Santillana de San Andrés del Rabanedo, en el alfoz de la capital, momento en el acusado se dirigió a ellos y les amenazó con un objeto punzante.
"Dadme todo o si no os mato", espetó al matrimonio para a continuación empujar a la víctima contra el portón de un garaje con la intención de robarle un bolso en el que llevaba un móvil, una cartera con 180 euros, tarjetas bancarias y diversa documentación personal. La fiscalía sostuvo que, de forma súbita y sorpresiva, asestó una puñalada en el tórax a la víctima que le provocó la muerte en apenas diez minutos por una hemorragia brusca.
Seguidamente, se dirigió a la mujer a la que empujó para arrebatarle sus pertenencias y le provocó diversas lesiones por las que tuvo que recibir tratamiento médico. Con las pertenencias del matrimonio en su poder se dio a la fuga, si bien en el camino perdió un teléfono móvil que estaba a nombre de su pareja.
El acusado fue localizado y detenido sobre las 7.30 horas de ese mismo día en la calle Juan XXIII en posesión de los móviles del fallecido y de su mujer y de otros efectos personales propiedad del matrimonio. En la primera sesión del juicio el acusado protagonizó un altercado al intentar dirigirse al jurado popular, lo que obligó a intervenir a la Policía.
Posteriormente reconsideró su decisión de acogerse a su derecho a no declarar, negó los hechos por los que se le acusó y explicó que tenía varias pertenencias de la víctima y de su mujer porque las había comprado esa misma noche. A lo lago de la vista oral diversos testigos desmontaron la coartada del procesado al negar que estuvieran con el acusado en el momento del crimen.
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