Condenado a 35 años de cárcel exministro ruandés por implicación en genocidio

  • El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) sentenció hoy a 35 años de cárcel al exministro de Planificación ruandés Augustin Ngirabatware por su implicación en el genocidio que asoló ese pequeño país africano en 1994.

Nairobi, 20 dic.- El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) sentenció hoy a 35 años de cárcel al exministro de Planificación ruandés Augustin Ngirabatware por su implicación en el genocidio que asoló ese pequeño país africano en 1994.

En un comunicado emitido hoy por el tribunal, con sede en la localidad septentrional tanzana de Arusha, el TPIR indicó que Ngirabatware es "culpable de genocidio, incitación directa e indirecta para cometer genocidio y violación como crimen contra la humanidad".

Según el texto, el TPIR consideró probado que "Ngirabatware incitó de forma directa y pública la matanza de tutsis en el control de carretera de Cyanika-Gisa en febrero de 1994".

"Más tarde, (el tribunal) halló que, el 7 de abril de 1994, Ngirabatware instigó y apoyó los ataques y asesinatos de tutsis en el municipio de Nyamyumba con sus palabras y con la distribución de armas en dos controles de carretera", agregó el documento.

El TPIR consideró que "algunas de esas armas fueron usadas por la Interahamwe (la masiva organización paramilitar que llevó a cabo la masacre) para matar tutsis".

El jurado de la sala II del TPIR, presidido por William Sekule, apuntó que se descontaría de la sentencia el tiempo ya transcurrido en prisión por el condenado, que fue detenido en Alemania el 17 de septiembre de 2007 y trasladado a la custodia del tribunal en octubre de 2009.

Asimismo, el tribunal precisó que Ngirabatware, de 55 años, es también hijastro del fugitivo más buscado por el TPIR, Félicien Kabuga, supuesto financiador del genocidio.

El Consejo de Seguridad de la ONU estableció el TPIR en Arusha a finales de 1994 para juzgar a los principales responsables del genocidio ruandés.

Según cifras de la ONU, unos 800.000 tutsis y hutus moderados fueron asesinados en los cien días -entre abril y junio de 1994- que duró la barbarie.

Ruanda cuenta con una población de unos 10 millones de habitantes, con una gran mayoría hutu (agricultores) y una minoría tutsi (propietarios del ganado), que ha controlado durante largos periodos el país.

Este hecho, sumado, entre otros factores, a la presión poblacional y la disputa entre terreno arable y pastos en el pequeño y montañoso país africano, y a las divisiones promovidas por la exmetrópoli, Bélgica, terminó por crear resentimiento y fragmentación entre la población.

Tras la masacre, se impuso en el país la milicia tutsi del Frente Patriótico de Ruanda (FPR), encabezada por el actual presidente, Paul Kagame, que desde entonces gobierna el país de forma autoritaria con una administración dominada por esta etnia minoritaria.

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