Condenado un falso cura a peregrinar 25 kilómetros a pie a un santuario

  • El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha condenado a un falso cura, que ejerció durante siete años sin serlo, a peregrinar entre Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y el santuario de Nuestra Señora de Consolación de la localidad sevillana de Utrera, un trayecto de unos 25 kilómetros que deberá hacer a pie.

Sevilla, 8 may.- El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha condenado a un falso cura, que ejerció durante siete años sin serlo, a peregrinar entre Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y el santuario de Nuestra Señora de Consolación de la localidad sevillana de Utrera, un trayecto de unos 25 kilómetros que deberá hacer a pie.

El falso cura Ángel Orellana, un seminarista de nacionalidad ecuatoriana, ejerció en la parroquia sevillana de Santa María de las Flores y San Eugenio de Sevilla y quedó el paradero desconocido tras ser descubierto.

Ahora, el arzobispo de Sevilla ha emitido un decreto en el que no impone al impostor la pena de excomunión que prevé el Código de Derecho Canónigo "en que incurrió por su grave comportamiento" y tras tener en cuenta "su sincero arrepentimiento", según la información que hoy adelanta Diario de Sevilla.

En cambio, le prohíbe "la visita a las comunidades parroquiales, asociaciones de fieles e instituciones en las que simuló sacramentos" y le ordena restituir "todos y cada uno de los estipendios recibidos durante el tiempo en que simuló la celebración de la Eucaristía".

Además, le impone una "peregrinación piadosa" desde Alcalá de Guadaíra al santuario de Consolación de Utrera, elegido porque, con motivo del Año de la Fe, ha sido designado destino diocesano de peregrinaciones, han informado hoy a Efe fuentes del Arzobispado sevillano.

El punto de origen ha sido situado en Alcalá de Guadaíra para que no tuviese ninguna relación con la barriada sevillana de Pío XII donde ejerció el falso cura, han precisado las fuentes.

Ángel Orellana administró los sacramentos de la comunión, la confirmación y el matrimonio gracias a una credencial falsa que presentó a los responsables de la iglesia, aunque nunca había estado en la nómina de curas de la ciudad, según informó el Arzobispado cuando se descubrió el caso, hace un año.

Según la Archidiócesis, los sacramentos del bautismo y del matrimonio que administró Orellana fueron "claramente válidos" aunque ilícitos, mientras que en el caso de los sacramentos de la eucaristía, la penitencia y la unción de enfermos, son "actos inválidos pues son sacramentos que requieren la potestad del Orden".

El falso cura se presentó hace seis años ante la Curia Diocesana acreditando su condición de sacerdote con una documentación que resultó falsa.

El arzobispo sevillano ha emitido su decreto tras recibir un informe de la Congregación para la Doctrina de la Fe contra Orellana, "acusado de atentar la acción litúrgica del Sacrificio Eucarístico, la absolución sacramental y otros sacramentos" y "considerando el sincero arrepentimiento que ha mostrado".

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