El 17-A

Condenas de hasta 53 años para tres acusados de los atentados de Barcelona

La sentencia les atribuye delitos de pertenencia a organización terrorista y tenencia de explosivos pero les absuelve por los homicidios.

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Condenas de hasta 53 años para tres acusados de los atentados de Barcelona. 
EFE

La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre 8 y 53 años de cárcel a 3 miembros de la célula yihadista que perpetró los atentados del 17 de agosto de 2017 en Las Ramblas de Barcelona, mediante un atropello masivo con una furgoneta, y en el paseo marítimo de Cambrils (Tarragona), que causaron 16 muertos y 140 heridos. En concreto, la sección tercera de lo Penal ha condenado a 53 años de prisión a Mohamed Houli, quien resultó herido en la explosión en Alcanar (Tarragona), 46 a Driss Oukabir, quien alquiló la furgoneta de Las Ramblas, y a 8 años a Said Ben Iazza por colaboración, ya que prestó su documentación y una furgoneta para comprar y transportar artefactos explosivos.

A los dos primeros, la sentencia les atribuye delitos de pertenencia a organización terrorista; tenencia, depósito así como fabricación de sustancia o aparatos explosivos e inflamables de carácter terrorista; y estragos en tentativa de carácter terrorista en concurso con 29 delitos de lesiones por imprudencia grave. La Sala sin embargo ha rechazado considerar a ambos coautores de 14 delitos de homicidio en tentativa de carácter terrorista, así como de 34 delitos de lesiones de carácter terrorista y de cinco de lesiones por imprudencia como pedían algunas acusaciones, entre ellas la AVT que reclamó para ellos prisión permanente revisable.

La Fiscalía en cambio no lo vio así y solicitó penas de 41 y 36 años de prisión para Houli y Oukabir, respectivamente, por integración en organización terrorista, fabricación, tenencia y depósito de sustancia explosivas y por conspiración para el delito de estragos, mientras que para el tercer acusado pidió la pena de 8 años a la que finalmente ha sido condenado. La sentencia les impone también una pena de alejamiento de Alcanar cuando queden en libertad, de 10 años en el caso de los principales acusados y de 5 en el Ben Iazza.

La resolución, de 1.018 páginas y contra la que cabe recurso, indica también que el cumplimiento efectivo de las dos penas más altas no excederá de 20 años. El relato de hechos probados de la sentencia comienza con la llegada de Es Satty a España, concretamente a Jaén, "en fecha no suficientemente acreditada", y continúa con su periplo vital desde entonces hasta su llegada a Ripoll entre finales de 2014 o principios de 2015 como imán de la única mezquita que había en la localidad.

Hasta ese momento, recuerdan los magistrados, Es Satty estuvo un tiempo en prisión en 2010 y después consiguió que le fuera anulada una orden expulsión de España, también, que compartió domicilio con al menos dos yihadistas que viajaron a Siria y con Youssef Belhadj, a quien se atribuyó la reivindicación de los atentados del 11M. Durante un tiempo también residió en Bélgica, de octubre de 2015 a abril de 2016, y allí estuvo trabajando a prueba en una mezquita, para después regresar a Ripoll como imán de una nueva mezquita de la que se hizo cargo hasta 2017 para después viajar a Marruecos hasta que el 9 de agosto regresa a España.

La sentencia describe cómo se constituyó la célula alrededor del imán, fallecido en Alcanar, y cómo adoctrinó a su miembros, que eran todos jóvenes marroquíes, bien hermanos o que se conocían desde niños. "El resultado de la radicalización que experimentaron", asegura la Sala, fue lo que les llevó a tomar la decisión "de utilizar explosivos contra edificios emblemáticos". Tres meses antes de los atentados la célula comenzó a comprar material para fabricar explosivos, llegando a acumular entre 200 y 500 kilos de explosivos, además de 104 bombonas de butano y 19 artefactos caseros.

El 24 de mayo, "dos días antes del inicio del mes de Ramadán" los miembros de la célula -Youssef Aalla, Younes Abouyaaqoub y Mohamed Hichamy,Omar Hichamy, Mohamed Houli Chemial, Said Aalla, Moussa Oukabir y El Houssaine Abouyaaqoub- se reunieron en un parque de Ripoll, para hablar de "un ataque con explosivos". El 3 de junio se produce una gran actividad telefónica entre ellos y comienzan a hacer búsquedas sobre la fabricación de un explosivo conocido como peróxido de acetona (TAPT), conocido como madre de Satán.

A principios de julio, comenzaron las búsquedas de posibles objetivos: embalses, como los de la zona de Cambrils y en el pantano de Riudecanyes (219 búsquedas ), iglesias en Valencia, base aérea de Zaragoza, Alhambra de Granada (104 ), la fiesta de la Tomatina de Buñol (106), Audiencia Nacional en relación con su ubicación y número de trabajadores (125). También se interesaron en la celebración del partido entre el Barça y el Manchester United del 27 de julio, y en la Supercopa de España entre el Barcelona y el Real Madrid.

Entre el 12 y 16 de agosto, Mohamed Houli y Youssef Aalla vendieron en establecimientos joyas sustraídas para la compra de bombonas de butano para el atentado. A las 23.16 horas del 16 de agosto, se produjo la explosión en el chalé de Alcanar, lo que causó la muerte a Es Satty y a Youssef Aalla, mientras que Houli resultó herido.

Al día siguiente, Younes Abouyaaqoub se dirigió con la furgoneta a Barcelona y sobre las 16.50 horas se incorporó a Las Ramblas, entrando a gran velocidad y arrollando a las personas que por allí caminaban. En el interior de la furgoneta se localizó el pasaporte de Houli Chemial, el NIE de Younes Abouyaaquob y el contrato de alquiler de la furgoneta da nombre de Driss Oukabir

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