Confusión y combates en el frente en torno a Naufaliya, cerca de Sirte

  • Ben Yauad (Libia).- Las tropas del coronel Muamar al Gadafi han plantado batalla en el desfiladero del río Rojo y en Naufaliya, población situada a 147 kilómetros al sureste de Sirte, que los rebeldes pretenden hacer caer hoy y acabar con el último bastión gadafista antes de Trípoli.

Los rebeldes en Misrata denuncian bombardeos mientras Gadafi anuncia un alto el fuego
Los rebeldes en Misrata denuncian bombardeos mientras Gadafi anuncia un alto el fuego

Ben Yauad (Libia).- Las tropas del coronel Muamar al Gadafi han plantado batalla en el desfiladero del río Rojo y en Naufaliya, población situada a 147 kilómetros al sureste de Sirte, que los rebeldes pretenden hacer caer hoy y acabar con el último bastión gadafista antes de Trípoli.

Los combates se centran en torno a Naufaliya, muy cerca de Ben Yauad, la localidad más al oeste que han conquistado los rebeldes en su avance, detenido a más de 100 kilómetros de Sirte, la ciudad natal de Gadafi.

Hoy columnas de rebeldes armados con fusiles de asalto y lanzagranadas RPG a bordo de vehículos todoterreno, y camiones con piezas de artillería y lanzacohetes se dirigían a Sirte.

"La situación es confusa en Sirte, no sabemos lo que está pasando allí", dijo a Efe un miliciano al mando de un control en Ben Yauad, donde bastantes heridos por disparos de bala son evacuados del frente en vehículos todoterreno.

Los tiroteos, según pudo constatar Efe, continúan en las cercanías de esta población, retomada ayer por los rebeldes y en la distancia humean algunos de los impactos de la artillería gadafista.

Las familias de Ben Yauad que habían regresado ayer junto a las tropas rebeldes han comenzado a evacuar hoy la población que ya fue escenario de violentos combates el pasado 5 y 6 de marzo.

Entonces los revolucionarios cayeron en una emboscada tendida por los gadafistas que lanzaron desde aquí su contraofensiva que les llevó hasta las puertas de Bengasi, donde fue detenida por la aviación de la coalición internacional.

Las familias que habían regresado ayer a Ben Yauad querían ver cómo habían quedados sus casas tras los combates y el paso de los mercenarios y brigadistas de Gadafi, pero se marcharon de nuevo hacia el este ante la proximidad de los enfrentamientos.

Un cabeza de familia que no quiso identificarse dijo a Efe "anoche regresamos desde Ras Lanuf", pero explicó, con sus cinco niños pequeños y su mujer al lado, que tenían miedo y volvían a evacuar.

Mahmud Ez, de 36 años y natural de Ajdabiya, señaló que había llegado hasta aquí para buscar a su hija y otros tres miembros de su familia que "fueron secuestrados" en su ciudad durante la ocupación por las tropas de Gadafi.

Al igual que él, Hafir Metemar, dijo que "mi hermana fue secuestrada en Briga" y mostró su temor de que los rehenes fuesen conducidos a Sirte.

Los rebeldes que hasta hoy no habían encontrado oposición desde que lanzaron el sábado su ofensiva desde Ajdabiya y han recorrido más de 400 kilómetros han mostrado cierto desconcierto por la situación en el interior de Sirte, que a primeras horas del día algunos creían en manos rebeldes, aunque los pocos corresponsales extranjeros en esa ciudad lo consideran muy improbable.

Desde primeras horas del día los vehículos todoterreno de los rebeldes hacían largas colas en las gasolineras para repostar y enfilar al frente occidental, donde se juegan su revolución y los gadafistas el régimen que el coronel ha mantenido durante más de cuatro décadas.

Sirte, a unos 470 kilómetros al este de Bengasi, es el último obstáculo que separa a los milicianos de su objetivo final, Trípoli.

Ayer y esta madrugada los aviones de la coalición internacional han bombardeado Sirte, al igual que Trípoli, Sebha y la localidad de Mizdah, unos 180 kilómetros al sur de Trípoli.

Los rebeldes desviaron ayer su incursión hacia Sirte por el suroeste a través de la localidad Naufaliya, a unos 147 kilómetros de la ciudad considerada el feudo tribal de Gadafi, donde las tropas gadafistas han acudido para tratar de detener la ofensiva.

Susana Samham

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