Vuelta al cole

"¿Contagiarnos? Lo que más miedo nos da es que vuelvan a cerrar los colegios"

Aunque el virus asusta a todo el mundo, muchos docentes temen que un nuevo confinamiento entorpezca una vez más las evaluaciones: piden capacidad de reacción. 

Colegio coronavirus
"¿Contagiarnos? Lo que más miedo nos da es que vuelvan a cerrar los colegios".
Europa Press

En el pie del cañón cabe mucha gente y ahora es el turno de los profesores y maestros. "La nuestra también es una profesión social" tercia una docente de Barcelona. Prefiere evitar identificarse habida cuenta de que forma parte del equipo directivo de su colegio y teme que sus palabras, en cualquier caso opiniones personales, pudieran tomarse como posturas oficiales. "No tengo  miedo a la 'vuelta al cole'; es necesaria", continúa, "lo que sí que me asusta es lo que pase después de la primera semana, del primer mes". Se refiere al 'frenazo' que pueda suponer una oleada de rebrotes que vuelva a cerrar las aulas: "Tiene que existir un plan para poder llevar a cabo la formación y las evaluaciones de los alumnos con la máxima normalidad. No nos puede pillar el toro otra vez". Tiene que haber "un plan A, un plan B y un plan C y deben ser coherentes entre ellos", concluye. 

Con ella coincide, en parte, Marga G., maestra en un colegio del norte de la Comunidad de Madrid. También cree que es imprescindible "apostar por perpetuar la 'presencialidad' el mayor tiempo posible". No obstante, ella sí tiene miedo. En su entorno, explica, se han vivido situaciones traumáticas durante el confinamiento y teme que se produzcan contagios entre ella y los alumnos, y entre ella y su familia. Por eso ve una sola salida a la encrucijada: contratar a personal sanitario y a más personal docente en los centros. Es la única forma, dese su punto de vista, de evitar una sobrecarga de trabajo para el profesorado y, sobre todo, la atribución de unas funciones "para las que no estamos preparados". Marga pide coordinación y eficacia a las distintas instituciones. En dos semanas, muchos docentes van a ponerse delante de sus clases y tienen que poder hacerlo en las mejores condiciones. 

"La vuelta al cole tiene que tener un plan A, un plan B y un plan C y que sean coherentes entre sí"

¿Cómo vamos a aplicar las medidas de distanciamiento de seguridad que recomiendan las autoridades en un aula? La profesora madrileña sabe de la importancia de reanudar la enseñanza presencial, pero no por ello obvia lo que a su juicio es una evidencia cuya magnitud señala por medio de un estudio de la Universidad de Granada: "un solo grupo de 20 alumnos tendrá contacto con más de 800 personas". De ahí que sea tan necesario dotar de recursos a los centros que más lo necesiten. La primera de las maestras, la de Barcelona, apunta que "unos colegios tienen más espacio, por ejemplo, para desdoblar clases y otros tienen menos". En la misma ciudad, su alcaldesa, Ada Colau, ha impulsado un plan para proveer de equipamientos municipales a aquellos centros que precisen de ese espacio extra. A la vista está que cada región apuesta sus fichas a distintas soluciones. Sin embargo, en última instancia, en todas ellas pasará lo mismo: la última decisión la tomarán, siempre, el maestro y la maestra.

"Expertos en tomar decisiones"

Que prevalezca el sentido común. Esa es la directriz que se ha dado a todos los docentes en Cataluña. Así lo señala la maestra catalana con la que ha hablado este diario. "Evidentemente, tenemos que tratar de mantener las distancias de seguridad en todo momento, pero si un niño se cae al suelo y se pone a llorar hay que cogerlo en brazos" desliza: "Los docentes somos expertos en tomar decisiones a cada momento, especialmente los de Infantil". La cotidianidad de una clase con niños de cuatro, cinco o seis años chocará directamente con las normas que impone el virus. "A todo esto", continúa, "habrá que añadirle la falta de asistencia de muchos alumnos. Es un melón que también hay que abrir" a pesar de que no es un problema que ataña directamente al profesorado. "Al fin y al cabo nosotras tenemos que limitarnos a señalar la ausencia", explica.

"Hay que mantener las distancias, pero si un niño se cae al suelo y se pone a llorar... hay que cogerlo en brazos"

De todas formas, señala la profesora, "a mí lo que más me preocupa son los terrenos emocional y educacional". En las escuelas se enseña a los alumnos a compartir los juguetes, a socializar y a ser amables y hasta cariñosos con el prójimo. Todo eso, hoy por hoy, constituye una actividad de riesgo; pero no basta con decirle a un niño: "no, no le dejes el juguete a Menganito". Según la propia maestra, los docentes tendrán que invertir mucho tiempo en hablar sobre por qué han cambiado las cosas y en que sus alumnos entiendan que las máximas que hasta ahora daban por buenas... "siguen siéndolo", aunque algunas de ellas tengan que suspenderse temporalmente. En cuanto al ámbito académco, el déficit generado tras los meses de parón "se podrá solucionar", pero "dudo que estas generaciones puedan salir indemnes de otra suspensión de las clases". Por eso insiste: "precisamos de previsión y de planes educativos que contemplen todos los escenarios posibles y que sean coherentes entre sí para que se pueda saltar de uno al otro y al otro al ritmo que evoluciona la pandemia". 

Los especialistas, un problema de difícil solución

Laia T. es profesora auxiliar en un centro educativo también de la provincia de Barcelona. En conversación con La Información, Laia habla de otro "gran problema" al que habrá que encontrar solución: los profesores especialistas. Sobre todo a partir de primero de Primaria, esa categoría de profesores (en la que se comprenden, por ejemplo, los de Inglés) romperán, en muchos casos, la 'burbuja' que habrán conformado tutores y grupos de alumnos reducidos para evitar el contacto masivo con otros niños y profesores. "Un tutor puede dar la mayoría de las asignaturas que se enseñan en Primaria, pero no todos tienen competencias para dar Inglés, por ejemplo". Por eso todos los centros educativos tienen profesores especialistas que van de aula en aula impartiendo materias específicas. El problema, entonces, es evidente. Las 'burbujas' creadas alrededor de los grupos restringidos y acotados pueden tener su vía de escape en estos docentes especialistas

En el propio colegio en el que trabaja Laia se plantean retransmitir las clases de Inglés telemáticamente, a través de un proyector, pero con los niños en el aula y no en casa. Se trata de una solución de emergencia que no suple la necesidad de contratar más personal. En cualquier caso, las tres docentes, cada una desde su punto de vista, encaran el curso 2020-2021 con declarada responsabilidad. Desde Barcelona, la maestra miembro del equipo directivo de su colegio pide a las instituciones que les remitan las directrices con celeridad. "Ojo", sorprende, "hace tiempo que vengo diciendo que los maestros deberíamos terminar las vacaciones una semana antes para preparar el curso con más tiempo. A la vista de cómo están las cosas, este sería un buen momento para empezar". Ella lo hará y otros muchos ya invierten su tiempo de descanso en planificar el curso más extraño de sus vidas —con permiso del pasado— previendo distintos escenarios. "Vamos a estar al pie del cañón", concluye... "Que no quepa duda". 

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