El 'pinchazo' de la desescalada ha llegado como un reloj. Los catorce días de rigor después del Black Friday y una semana más tarde del puente más largo del año, cuyo impacto en la transmisión aún no se ha dejado sentir. Tras más de un mes de optimismo en las estadísticas, el desplome de los indicadores ha frenado en seco. La incidencia acumula tres días al alza. La velocidad de transmisión, en descenso desde el 20 de octubre, ha vuelto a repunta hasta rozar los niveles críticos de septiembre.
Las campanas de desescalada sonaron hace dos semanas, el 3 de diciembre, el Ministerio de Sanidad informó de una incidencia menor a los 250 casos por cada 100.000 habitantes, el máximo nivel de riesgo. Una semana después, el 9 de diciembre, España se anotó otro tanto al bajar de una tadsa de contagios de 200 positivos. El jueves 10, la columna de incidencia estaba en 188,72. El día 11 subió algo menos de un punto. Del viernes al lunes, creció otros cuatro y, de este al martes, otros cinco. Los 193,65 casos de ayer dejan al país otra vez en la cota más alta del nivel de riesgo 'alto', una alerta roja, según el termómetro de la cartera, que se ha declarado en el peor momento.
Desde el Gobierno apuntan a que, en la semana del 4 al 10 diciembre, se han realizado una media diaria de 104.677 pruebas diagnósticas... y ese rastreo exhaustivo da cuenta de una realidad poco alentadora: la velocidad de contagios vuelve a repuntar. Así lo indica la estela del número de reproducción básico instantáneo (Rt), el indicador que habla de cuántos casos secundarios genera cada sujeto contagiado, en un periodo de tiempo determinado. Su umbral de riesgo está en 1 y, según los expertos consultados por La Información, se trata del "primer predictor de buena evolución, si disminuye".
La Rt comenzó a descender el pasado 20 de octubre y hasta diciembre no había vuelto a crecer. La última actualización del Instituto de Salud Carlos III habla de 0,9, a solo una décima del nivel de alerta. El repunte es leve, pero confirma que las cifras no mejorarán lo suficiente antes de Navidad. El Consejo Interterritorial de Salud vuelve a reunirse este miércoles y todo apunta a que el 'Plan de Navidad' será (otra vez) uno de los puntos clave del orden del día. Varios líderes autonómicos ya han tomado la delantera y sus decisiones apuntan a que ese pequeño alivio económico de la campaña navideña podría acabar siendo aún más exiguo.
El Gobierno Balear ya ha endurecido las medidas de cara a las próximas fiestas. Con una incidencia de 291,62 positivos por cada 100.000 habitantes, las autoridades del archipiélago han optado por aprobar un nuevo paquete de medidas -principalmente para aplacar la situación en Menorca y Mallorca-, que recoge una limitación de reuniones a seis personas, en interior y exterior, frente al máximo de diez que avala Illa. Además, su toque de queda se activará a las 22.00 horas. El Govern no levantará la mano, como pronto, hasta la víspera de Nochevieja.
Es pronto para hablar de tendencia. También para atribuir la ralentización de la mejora a los estragos del último puente que, además de anticipar ese repunte en las cifras, también ha podido generar cierto retraso en las notificaciones, que podría explicar los resultados de los últimos informes. Y es que la cifra de contagios tarda en reflejar los cambios entre una semana y diez días.
Pase lo que pase en el Interterritorial, la marcha atrás de Baleares confirma que, el sector turístico de las islas puede dar por perdida los días de Nochebuena y Navidad, un nuevo escollo para una recuperación que el sector, en su mayoría, ya databa, como pronto, para 2022. El Gobierno ya deja por imposible el objetivo de 25 casos por cada 100.000 habitantes que se marcó hace semanas. Simón apuntó a que España alcanzaría estos niveles en enero, en el mejor de los casos.
