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El SOS de los socorristas: "El año pasado en el mes de mayo ya estaba contratado"

piscina, socorrista
piscina, socorrista
Europa Press

¿Un verano sin piscina? Los socorristas no quieren ni pensarlo, sobre todo, los que trabajan en Madrid, cuya apertura de los centros municipales no está prevista hasta julio, según anunciaba la vicealcaldesa Begoña Villacís. Muchas comunidades de propietarios están debatiendo estos días si abrir el recinto o no. "El año pasado por estas fechas yo ya estaba contratado", asegura Rubén Tejedor, un joven madrileño de 22 años que en su segundo año como socorrista sigue a la espera de que le llamen de alguna de las empresas en las que "en principio me han dicho que sí contarán conmigo".

No ha podido esperar tanto Claudia García, socorrista desde 2010 que este verano por primera vez en diez años no velará por la seguridad de los bañistas: "En los meses de marzo y abril ya casi no encuentras ofertas porque está todo ocupado y en esta ocasión todavía no me habían confirmado nada". La crisis del coronavirus ha golpeado también a este sector, cuyas bolsas de empleo además se han duplicado. Algo mejor  está la situación de los trabajadores de Cruz Roja, que sí están empezando a encontrar trabajo en las alrededor de 250 playas que vigilan de las 3.000 que hay en España, aunque también con cuentagotas. 

Socorrista Rubén Tejedor
Rubén Tejedor trabaja como socorrista y aún espera que le llamen. / Cedida

Rubén espera poder complementar el sueldo que tiene trabajando en el sector de la logística con los casi 1.000 euros que puede cobrar vigilando la seguridad de una piscina en una comunidad de vecinos, "aunque este año será un mes menos", lamenta. Hace un año que decidió sacarse el curso necesario para poder ser socorrista y su primer empleo fue en una urbanización, algo que quiere repetir y para lo que ya se ha dirigido a tres empresas donde están a la espera de conocer si los propietarios votan a favor de abrir las piscinas.

No todas están dispuestas a hacer frente a los nuevos requisitos que desde el Ministerio de Sanidad se enviaron a las piscinas recreativas para su apertura por causa de la pandemia generada por el coronavirus. Este joven sigue la actualidad "pegado al informativo". Tacha la situación de "complicada" pero "prevén que sí se va a abrir... por lo que me dicen las empresas, en julio, agosto y septiembre podré trabajar". Lo que tiene claro es que "el mes de junio va a ser imposible". 

Sus inquietudes son las de la mayoría.  Carlos Junquera, profesor de SLA salvamento, es testigo de cómo muchos de sus alumnos están a la espera de ser contratados, cuando "desde Semana Santa estos jóvenes ya deberían tener claro si este verano van a tener ingresos". Para la letra de un coche, para ayudar en casa, para la hipoteca, para los estudios, para tener ingresos mientras estudian una oposición... Sus dos hijos, de 18 y 22 años, son dos ejemplos. En febrero se paralizaron los cursos para ser socorrista en instalaciones acuáticas y, ahora en mayo, "hemos empezado a impartir uno online a la espera de ver cuándo se puede terminar". Entre la problemática que le exponen sus alumnos que "ya han trabajado otros años" está en el foco del problema las comunidades de vecinos.

Carlos Junquera profesor SLA Salvamento
Carlos Junquera, profesor de SLA Salvamento. / Cedida

"Todavía no saben qué hacer", asegura. Y relata el caso de una alumna "a la que sí han llamado para contratarla e incluso incrementándole el sueldo pero proponiéndole hacer también el servicio de limpieza que se exige ahora por el coronavirus... y ha tenido que decir que no". Esas labores no corresponden al socorrista, que debe velar por la seguridad del vaso de la piscina. Y es ahí el punto en el que muchas comunidades centran el dilema de abrir o no abrir su piscina, dependiendo de si quieren hacer frente a no a ese gasto extra que supondría contratar a alguien más. "La seguridad no puede estar mermada porque se hagan otras labores", recuerda. Maximiliano es su hijo mayor y está también a la espera "de que llamen". Todavía no hay una oferta concreta "como en los tres veranos anteriores". En su caso este dinero extra "ayuda a pagar los estudios". Además de que ser socorrista "es un trabajo que me gusta mucho". 

Maximiliano Junquera, socorrista en Madrid
Maximiliano Junquera, socorrista en Madrid. / Cedida

Tampoco tenía muy claro qué iba a pasar con su contratación en el pantano de Los Ángeles de San Rafael (Segovia) la socorrista Claudia García. Desde 2010 trabaja en playas y piscinas durante estos meses de verano para complementar su sueldo de profesora "que es inexistente cuando llega junio" y necesito "poder pagar el alquiler". El primer año "pagué la novatada de no estar atenta en los meses de marzo o abril porque ahí ya vuelan los trabajos", pero en este a finales de mayo "no lo tenía claro" y "me he buscado otro trabajo". Estaba pendiente de si empezaba como socorrista en un castillo hinchable acuático "como el año pasado", pero la empresa en un principio aseguró que reanudarían las actividades "y luego se retrasó la decisión". Este verano será "cuidadora en una residencia para personas discapacitadas". 

Socorrista Claudia García en la playa de l'Estartit, Gerona / Cedida
La socorrista Claudia García en la playa de l'Estartit, en Gerona. / Cedida 

Claudia, con 34 años, asegura haber trabajado en otros empleos de verano como camarera, pero tiene claro que "tanto para mí como para muchos socorristas este dinero de verano es un extra para complementar el sueldo del invierno. Pocos son los que se pueden dedicar a este empleo todo el año, excepto si vives en Canarias".

Julio Alberto es otro ejemplo. Este madrileño de 40 años empezó en su veintena a sacarse el curso de socorrista. Desde entonces ha ido yendo y viniendo del sector. Los últimos cinco años sí ha trabajado como socorrista y este es uno más de los que está a la espera "de que mi antiguo jefe me confirme cuándo empiezo". La respuesta que ha escuchado es la de sus compañeros de profesión: en el sector están convencidos de que se les volverá a contratar pero todavía no tienen definida cómo será su vuelta.

Lograr conseguir una plaza de socorrista este año parece más reñida. Son muchos los que este verano han vuelto a echar mano de su carné de socorrismo en medio de una crisis laboral que ha disparado en muchos casos estas bolsas de empleo como una salida rápida para los que se han visto afectados por un ERTE, ven peligrar su trabajo o llevan unas semanas en el paro. 

Julio Alberto complementa con el sueldo que logra estos meses otros trabajos que durante el invierno va compaginando con sus estudios. "Empecé muy pronto a trabajar y ahora me estoy formando". Tiene claro que en una piscina el socorrista tiene que estar solo pendiente de lo que sucede en el agua y si en algún momento tiene que asumir algunos de los requisitos que se especifican en el BOE para la apertura de piscinas "no puede haber nadie en el agua". 

La experiencia de la Cruz Roja

Los que sí están ya con la mochila y el bañador puesto para empezar a trabajar son muchos de los socorristas de Cruz Roja. Miguel Ángel Sánchez Arrocha, su responsable del Programa de Playas, cuenta a La Información que poco a poco esperan cubrir las 2.000 plazas que cada año necesitan para vigilar las 250 playas que están bajo su supervisión. El coronavirus también ha puesto en jaque su empleabilidad, pero algo menos al no  estar casi presentes en piscinas. Sí lo han notado las cuentas corrientes de los que trabajan en las playas canarias porque esos "lo hacen los 356 días del año". En otras playas como la de Chiclana de la Frontera (Cádiz) los meses de trabajo llegan a ser once -excepto diciembre y enero-, "y otras muchas veces desde Semana Santa nuestra presencia es continua". 

En este caso, asegura que Cruz Roja "ha reubicado a algunos de sus trabajadores apoyando a los ayuntamientos y asumiendo la labor de agente de sensibilización para informar a los que se acercaban hasta la arena sobre lo que se podía o no hacer según la fase en la que se encontraba la comunidad", pero nunca "pisando la labor de un policía".

En esas 2.000 contrataciones hay varios perfiles, "desde patrón de barco a médicos, enfermeros, conductores o socorristas". Muchos han empezado ya a trabajar en las Islas Canarias y este viernes en alguna playa de Cádiz y Tarragona. A mediados de junio está previsto que Vizcaya y Guipuzcoa también abran sus playas y los ciudadanos de la Comunidad Valenciana tendrán que esperar menos porque puede que este mismo lunes ya estén abiertas "si no hay cambios". 

Cruz Roja también ha notado que su bolsa de trabajo ha aumentado considerablemente respecto a otras temporadas "y eso que el socorrista es alguien en extinción" porque "es raro ver a una persona que se dedique a ello toda la vida". Son muchos los socorristas que aseguran que tanto la cuestión económica como los pocos meses en los que se puede ejercer convierten a esta profesión en su segunda opción para hacer que los números cuadren. Lo que ya tienen claro es cómo actuar en mitad de esta pandemia por coronavirus: "Hemos analizado las situaciones más críticas para que todo el personal esté protegido". Atrás había quedado ya el boca a boca. "Ya tenía que ser un caso muy extraordinario para hacerlo" porque "existen aparatos y herramientas para ello" . En esos balones de resucitación se pondrá un filtro para evitar que la víctima esté en contacto con ella. 

Será raro ver a los socorristas con la mascarilla encima de sus puestos de vigilancia, pero si estarán dotados de todo el material necesario para protegerse ante una intervención. Si hay que entrar en el agua y el bañista está consciente "y tiene flotabiliad la labor será darle un dispositivo para flotar y se hará un remolque". El problema para evitar un posible contagio llegará cuando la posible víctima esté inconsciente. Ante estas situaciones lo que han preparado será "una intervención en moto acuática y camilla o con embarcación. El bañista será colocado sobre la camilla decúbito prono (tendido boca abajo y la cabeza de lado) para evitar que las posibles partículas entren en contacto con los socorristas y el socorrista irá en todo momento sujetándolo hasta llegar a la orilla donde esperará un equipo para continuar con la intervención sanitaria". Sánchez Arrocha es socorrista de vocación. Empezó a hacer el curso con 16 años y "fue un cambio en mi vida". Por delante de sus ojos han pasado muchas situaciones pero ninguna como lo que está generando la covid-19. 

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