Copenhague abre corchetes vacíos en el momento más delicado de la cumbre

  • La cumbre del clima alcanza el momento más decisivo de la negociacióncon propuestas a medio gas a pocas horas de la llegada de los Jefes deEstado.
Sara Acosta / Copenhague
Sara Acosta / Copenhague

"Se puede llevar el caballo al abrevadero, pero no se le puede obligar a que beba". Con esta flema tan británica resumió hoy el secretario ejecutivo de la oficina de cambio climático de la ONU, Yvo de Boer el regreso de los ministros de Medio Ambiente al borrador de la negociación, después de que las discusiones quedaran ayer en suspenso por el abandono de la delegación africana. Hay que llevar 192 países a beber, pero al final, sólo pueden beber ellos", ha explicado De Boer. Los países pobres temen que los países industrializados abandonen Kioto, el único tratado vinculante que existe hasta la fecha, por un nuevo acuerdo, cuyas vinculaciones jurídicas, temen, no serían tan ambiciosas.

A lo largo de la jornada ha ido ganando el escepticismo, pese a la sospecha de que, de no tener apuntalados los contenidos del texto antes de la llegada de los jefes de Estado, el viernes, no habrá acuerdo posible, al menos en esta cita en Copenhague.

De Boer ha reconocido que"estamos en un momento muy importante del proceso, pero queda mucho trabajo por hacer". Precisamente, el borrador que circula por el Bella Center ha perdido todos los datos concretos que ya existían en el texto del lunes entre corchetes. Dado que la negociación se realiza bajo el paraguas de la ONU, todas las partes deben de estar de acuerdo. "Si no, hay que empezar de nuevo", explicó De Boer. Por ello, los corchetes funcionan como parapeto, en espera de que los mandatarios políticos den el visto bueno, votando cada frase.

En el borrador que circulaba el lunes, cada párrafo preveía varios corchetes, con elementos cifrados, concretos. Todos han desaparecido. En su lugar aparecen menciones vagas sobre la necesidad de financiación, de mitigación, de transferencia tecnológica, de medidas para reducir la deforestación y de reducción de emisiones de efecto invernadero, las cinco patas de un acuerdo que pretende ser el más ambicioso hasta la fecha. De Boer reconoce que hay que poner de acuerdo muchos intereses enfrentados. "Es un proceso complicado en el que participan islas Estado pequeñas, países productores de petróleo, naciones industrializadas que creen que van a perder sus empleos y países emergentes que quieren crecer. Es complicado", explicó con su característico esfuerzo pedagógico sobre un asunto espinoso y lleno de flecos.

El tiempo apremia

Sólo quedan tres días antes de pasar un texto definitivo a los 110 jefes de Estado y de Gobierno que acudirán a la cumbre, el viernes. Fuentes de la delegación española reconocen el atasco en la negociación, desde la que se explica que nunca antes se había asistido a temas tan complejos sobre los que se requiere una respuesta que aún no existe. Ningún apartado está  aún cerrado.

No obstante,  parece existir una voluntad clara de acuerdo. La confianza en el proceso parece haber vuelto, si bien persisten las dudas sobre la posición de Estados Unidos en la financiación de la adaptación al cambio climático de los países pobres. En las negociaciones de hoy, sólo ha habido silencio como respuesta, aunque la prensa estadounidense parece estupefacta de la clara voluntad europea de financiar a los países pobres, que tacha de "socialista".

África cobra fuerza

La de mañana será una jornada decisiva. Los países africanos han cobrado una fuerza inédita en la negociación. Su defensa de Kioto ha surtido efecto. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, insistió ayer durante la apertura de la sesión plenaria, que abre la puerta a la negociación política, que "Kioto es el único marco legal del que disponemos hasta que alcancemos un nuevo tratado". Varios países africanos mostraron su descontento ante el anuncio del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de su supuesto apoyo a la causa africana de la mano de Etiopía. El mandatario francés se ha alzado en los últimos meses en máximo adalid de la causa climática. 

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