Confinados a miles de kilómetros de casa

Expatriados a la fuerza: "Después de dos meses sigo sin poder regresar a mi país"

Barajas
Barajas
AENA - Archivo

Pedro Sánchez anunció el pasado martes el plan de desescalada del confinamiento, con una salida asimétrica y dividida en varias fases. Quienes siguieron la rueda de prensa del presidente del Gobierno buscaba la respuesta a dos preguntas: ¿podré salir de casa el sábado? y, sobretodo, ¿cuándo podré visitar a mis familiares? El distanciamiento social, que cada día se hace más pesado para una inmensa mayoría, ha sorprendido a muchos en un país que no es el suyo. Desde que se decretó el estado de alarma el 14 de marzo, miles de extranjeros que se encontraban en España han podido regresar a sus casa... pero todavía hay quien pasa el confinamiento a miles de kilómetros de sus seres queridos.

La pandemia ha paralizado el mundo. Viajar es cada vez más complicado, especialmente cuando son vuelos que proceden de España, uno de los epicentros del virus. Esta es la realidad de muchos estudiantes extranjeros que se quedaron 'atrapados' sin clases presenciales, sin familia cerca y sin billete de vuelta mientras esperan que llegue la "nueva normalidad". 

Hannah: "Nunca me avisaron que mi vuelo estaba cancelado"

Hannah Labotka es estadounidense y está a punto de terminar sus cuatro años de carrera en la Universidad de Navarra. La joven dice que tomó la decisión de regresar a Chicago en cuanto saltaron las alarmas del brote en España pero cuando comenzó a buscar vuelos ya solo había para el 1 de mayo. "Encontré ese billete y lo compré inmediatamente. Era un vuelo directo de Madrid a Chicago", cuenta. Sin embargo, los días pasaban, sus conocidos 'sufrían' la cancelación de vuelos y cada vez era más evidente que lo mismo le pasaría a ella."Sabía que me lo iban a cancelar pero cada día entraba a la página de American Airlines y me salía que mi vuelo estaba programado y llamaba a la aerolínea y no me daban mayor información". 

Pasaban los días y Hannah seguía intranquila. En una de sus múltiples conversaciones con el servicio de atención al cliente la transfirieron con el personal de Iberia porque su vuelo lo operaba la aerolínea española. "Fueron ellos los que me dijeron que mi vuelo estaba cancelado desde hacía tiempo pero yo nunca recibí ninguna notificación, nadie me avisó de nada. En ese momento entré en crisis... la situación cambiaba cada día y no podía hacer nada al respecto", cuenta.

Entonces contactó con la embajada de Estados Unidos y le dijeron que la única solución era que viajara a Londres porque desde la capital británica saldría un vuelo directo a Chicago todos los días "sin falta". La estudiante no quería arriesgarse más es insistió hasta que tuvo una confirmación de American Airlines: a partir del 17 de mayo se reanudaba la ruta Madrid-Chicago. "Me pidieron que llamara todos los días por si las cosas cambiaban pero desde que la situación ha ido mejorando en España todo se ha ido estabilizando y, de momento, mi viaje sigue en pie", señala. Ahora solo le queda terminar sus últimos finales, despedirse de Pamplona e ir a pasar el verano a casa. "Todo el proceso ha sido un poco buscarme la vida, llamar, llamar y esperar a que todo salga bien en dos semanas", señala la estadounidense.

Paola: "Después de dos meses seguimos sin poder regresar"

"Mi hermano y yo somos estudiantes y los dos nos quedamos atrapados aquí", cuenta Paola Rodríguez, una salvadoreña que como Hannah no ha podido regresar a su país desde que estalló la pandemia. El Salvador fue uno de los primeros países latinoamericanos en cerrar sus fronteras y restringir la entrada vuelos procedentes de Europa. Las medidas impuestas por el Gobierno de Nayib Bukele se endurecieron de un día para otro y todos los pasajeros  que llegaban al país debían someterse a un aislamiento en un 'centro de cuarentena' habilitado por el Ejecutivo. "El problema es que nadie sabía cuáles eran las condiciones de esos centros y preferimos quedarnos en España y esperar un poco más, se puede decir que esa fue la primera vez que intentamos regresar", cuenta Paola.

Y es que a su familia el confinamiento les sorprendió separados. Su padre se encontraba en un viaje de trabajo en Estados Unidos cuando el Ejecutivo salvadoreño decretó el cierre de fronteras y tampoco pudo volver a casa. "Después de dos meses seguimos sin poder regresar a mi país pero ahora estamos buscando la manera de aunque sea reunirnos todos en Texas, donde está mi padre, y pasar el resto de la cuarentena juntos hasta que abran las fronteras de El Salvador". Pero los aeropuertos del estado de EEUU permanecen cerrados y Paola no sabe si cuando abran van a dejar entrar a turistas... todo el plan sigue en el aire y de momento no puede concretar su regreso. 

Andrea: "Solo puedes regresar en los vuelos humanitarios"

Andrea Cruz tenía su billete de regreso a Guayaquil para el 16 de marzo. Un fin de semana antes viajó a Palma para despedirse de unos familiares que viven en Mallorca y tenía todo organizado para regresar a Madrid dos días antes de su vuelo y preparar todo para su regreso después de haber vivido un año en la capital española. Pero estando todavía en Baleares recibe la noticia de que Ecuador cerraba las fronteras  y su vuelo no llegaba a tiempo antes de la clausura. "Mi vuelo llegaba horas después... fue en ese entonces cuando me resigné y supe que me iban a cancelar el regreso". Fue ahí cuando la ecuatoriana optó por quedarse con sus parientes en Palma y hasta hoy no sabe cuándo podrá regresar a Guayaquil, que permanece completamente cerrada tras convertirse en uno de los focos del virus en América del Sur. 

"La única manera de regresar es por medio de los vuelos humanitarios pero al llegar a Ecuador es obligatorio quedarte en uno de los hoteles  habilitados por el Gobierno al menos 13 días", añade. Todos los costes los tendría que asumir ella y además se estaría poniendo en riesgo de contraer el virus. "Por todo esto decidí quedarme con mis tíos, aquí estoy bien. Dicen que a mediados de junio van a abrir las fronteras así que nada, a esperar". 

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