"Temo no llegar a fin de mes"

La alerta por el virus sube de temperatura y golpea ya a las empresas y la educación

Pedro Sánchez y Salvador Illa
Pedro Sánchez y Salvador Illa
Europa Press

"Hace días que no logro cubrir gastos". Apolinar, taxista madrileño, suele trabajar en la T-4 del Aeropuerto de Barajas porque "es donde más clientes llegan". Desde hace una semana, pueden pasar hasta tres horas sin que nadie se suba a su coche. El coronavirus ha golpeado con fuerza a España y la caída en el tráfico aéreo es paradigmática. A estas alturas, los tentáculos del brote se han extendido sobre colegios, empresas, competiciones deportivas... El Gobierno ha empezado a monitorizar la epidemia para adelantarse, en la medida de lo posible, a los efectos sobre el mercado laboral. Además, el Ejecutivo ha tomado las riendas frente a las posibles reducciones de plantilla que se deriven de las incidencias del Covid-19. Con los primeros fallecidos dentro de las fronteras nacionales, Sanidad afina sus protocolos sin salir del escenario de contención. Mientras, los españoles sufren en primera persona el 'mazazo' del coronavirus aunque, como apunta Apolinar, "esto no ha hecho más que empezar".

Horas después de que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunciase que hasta nuevo aviso las competiciones deportivas de riesgo se resolverían a puerta cerrada, el coronavirus ponía en jaque la programación de La Feria de Madrid (Ifema). El Colegio Oficial de Odontólogos (COEM) anunció a primera hora de este miércoles que EXPODENTAL, la gran cita bienal de la industria dental, quedaba suspendida. La notificación del COEM sobre el evento proyectado para el próximo fin de semana, llegó antes de que el propio pabellón diera el aviso: "El Colegio ha decidido emitir un comunicado por su cuenta, ahora desde Ifema confirmamos que la cita se traslada a julio". Tras esta primera baja, las instalaciones confirmaban la cancelación de otros tres encuentros, entre ellos, el World ATM Congress 2020, la mayor feria internacional sobre gestión del tráfico aéreo que, en su pasada edición, concentró a cerca de 10.000 personas.

"He perdido 300 euros solo este fin de semana", lamenta Eva, azafata de eventos, a La Información. La joven forma parte del equipo de New Line Events, una pyme de organización de encuentros, y afirma que el brote está "machacando" su economía. "Aparte de Ifema también trabajo en el estadio Santiago Bernabéu. Desde hace días vivo con miedo a quedarme en números rojos si las ferias se aplazan y los partidos se juegan a puerta cerrada". Las últimas directrices de Illa recomiendan cancelar aquellos eventos que involucren a los profesionales sanitarios: "Es necesario que estén en perfectas condiciones y lo máximo disponibles posible en los próximos días". En total, una decena de ferias de estas características tendrían que celebrarse en Ifema entre marzo y abril. El coronavirus es una amenaza para todas ellas.

La azafata solo firma contratos temporales, pero su caso evidencia que el brote empieza a dejar huella sobre el mercado laboral... y las instituciones son conscientes. Como adelantó La Información, la cartera de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones está ultimando una herramienta para informatizar, "en tiempo real", los indicadores que muestren los efectos del Covid-19 sobre la evolución del empleo. Estos datos no serán públicos. El titular del Ministerio, José Luis Escrivá, reservará esta información sensible -no se trata de un mero recuento de bajas y afiliaciones- para su equipo. El objetivo del nuevo sistema es grabar el golpe del virus al empleo, fotograma a fotograma, para cada sector y área de actividad económica.

Una hoja de ruta contra el 'frenazo' de la economía

Al tiempo que la OMS elevaba la tasa de mortalidad del coronavirus, el Fondo Monetario Internacional calificaba la epidemia de "problema mundial" y apuntaba que el virus ralentizará el crecimiento económico en 2020. Con estas perspectivas, no se puede descartar ningún escenario. El Gobierno de Pedro Sánchez ha optado por anticiparse a la posibilidad de que las compañías opten por reducir su plantilla y ha publicado una hoja de ruta. El texto avala que, ante un 'frenazo' de la actividad -bien por desabastecimiento de materias primas, bien por una bajada sustancial de la demanda- las firmas podrán activar un expediente temporal de empleo.

La escalada de alarma es tal, que el Ejecutivo ha decidido amparar una suspensión total o parcial de la actividad, en aquellas empresas cuya actividad se vea afectada por esta crisis sanitaria en el caso de que se declare una situación de emergencia de protección civil. Y las acciones no se limitan al terreno laboral. La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció que el Ejecutivo estudiaría ofrecer ayudas fiscales o deducciones a las compañías si el impacto económico del coronavirus se extiende en el tiempo.

La Unión Europa tampoco levanta la vista de la epidemia. El virus ha impulsado el acuerdo de los ministros de Finanzas de la UE, que han optado por ampliar los márgenes de déficit público de los Estados miembros de manera temporal. Así, de acuerdo con el 'Pacto de Estabilidad y Crecimiento', el Eurogrupo baraja flexibilizar la senda fiscal pautada para cada país siempre y cuando sus gobiernos puedan justificar que el gasto adicional en el que han incurrido está vinculado al impacto de la epidemia. Como casi todas las medidas adoptadas frente al brote, también es temporal: "A mediados de marzo se volverá a evaluar la situación y valoraremos cualquier otro paso a tomar, siempre y cuando proporcional a los riesgos", aseguró este miércoles el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno.

Desde que el Covid-19 llegó a España, las autoridades han reiterado una llamada a la calma. Ahora, casi un mes y más de 200 contagiados después, el Gobierno ha activado toda una maquinaria de medidas para aplacar una epidemia que ya se ha convertido en crisis. El mensaje de confianza en el sistema sanitario español ha calado mejor que el de la resistencia de la economía nacional en un pulso contra el virus. "Mi mujer me dice que me ponga una mascarilla", relata Apolinar, "Yo le digo que si me ven de esa guisa no se sube nadie... y prefiero pillar el coronavirus que perder el trabajo".

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