La Guardia Civil lleva víveres

Pasar el confinamiento en una isla... y no es 'Supervivientes': así viven en Lobos

  • El patrón de pesca Alfredo Sánchez es una de las seis personas que vive en este islote de Fuerteventura sin tiendas, agua, farmacia...
La Guardia Civil lleva víveres a la isla Lobos
La Guardia Civil lleva víveres a la isla Lobos
Guardia Civil

Desde que el pasado 14 de marzo se decretara el estado de alarma y se cortaran todas las comunicaciones todo el mundo debe estar confinado en su casa y salir a la calle solo para determinadas cosas. Una de ellas es comprar pero, ¿y si para ir al supermercado más cercano tienen que coger un barco? Es lo que les sucede a los habitantes de la isla de Lobos, a dos kilómetros de Fuerteventura. Hasta allí ha ido la Guardia Civil para llevar los víveres de primera necesidad a las seis personas que se quedaron allí viviendo. Alfredo Sánchez es uno de ellos. Así viven el aislamiento en un islote conocido por su Parque Natural, al que cada día visitan centenares de personas, y donde ahora solo se escuchan las olas del mar.

Casi todos llevaban ya tres meses viviendo en la isla -de los seis que suelen pasar- cuando se decretó el confinamiento. Lo hacen cuando es temporada de pesca. Las casas en las que viven son centenarias. Sus antepasados las construyeron para poder protegerse cuando salían a pescar. Y eso es Sánchez, un patrón que el día que el tiempo y la mar se lo permite sale a faenar con su barco Emilito, de seis metros, y con el que el día de mañana "me jubilaré si dios quiere y el coronavirus me lo permite". 

Hasta su costa va alguna mañana este pescador que durante largas temporadas reside en la vivienda que sigue albergando este islote desde que hace cien años los pescadores la construyeran para poder protegerse del mar. A las 20:00 horas no dan palmas porque "aquí no nos escucha nadie", pero no hay día que pase sin que charlen entre ellos "a la distancia" para conocer como están y noticias de la isla. Allí tiene sus cuatro hijos, que en alguna ocasión sí le han acercado alguna compra a la cofradía hasta donde lleva su pesca. El nombre del barco, como las viviendas, "se ha ido heredando y por eso no lo quiero cambiar". 

En la isla el restaurante que hay "está cerrado", al igual que el faro en el que hace alguna década seguía viviendo un farero pero que "ya es automático". Por muy fascinante que parezca pasar el confinamiento en una isla, "es una pena estar acostumbrado a ver a miles de personas que vienen a visitar el Parque Natural y ahora no encontrarte con nadie". Los vecinos, a 200 metros unos de otros, no salen a aplaudir a las 20:00 pero tienen a los sanitarios muy presentes. Ellos decidieron no irse a sus casas en Corralejos "para evitar por todos los medios contagiar a la familia". La pesca es una de las profesiones esenciales que no falta a su trabajo. Y hasta la cofradía de esas localidad acude cada día este hombre que con 60 años vive en este islote junto a su mujer "con la que llevo ya más de 40 años". 

Además de con ella mantiene conversaciones, a distancia, con sus otros cinco vecinos. Todos los días intentan verse para comentar las cosas que les llegan de la isla así como compartir las últimas noticias del día. La Zodiac taxi que suele ir y venir entre Corralejos y la isla cada hora está suspendida. Ahora las única lanchas que ven venir desde allí, además de las suyas, son las de los agentes de la Guardia Civil.

Ayer mismo el Destacamento Marítimo de Fuerteventura entregó alimentos de primera necesidad a los habitantes. En las casas no tienen ni agua ni luz corriente. Las placas solares solucionan lo segundo y, lo primero, el agua en garrafas. Y precisamente eso es una de las cosas que llevaron estos agentes que empezarán a llevarles víveres dos veces por semana. Aunque Sánchez acude a Corralejo con su pescado no puede ir mucho más allá de la cofradía para ir a comprar a un supermercado. En alguna ocasión uno de sus cuatro hijos sí le ha acercado algo de compra. Ahora solo tiene que pedírselo a estos agentes.

Porque, conscientes de su situación, la Guardia Civil les realizó el  ofrecimiento de trasladar en la embarcación del Servicio Marítimo Provincial las compras de víveres necesarios que les entregarán los familiares a los agentes. La emana pasada se realizó el primer traslado de alimentos en la embarcación S-36, que atracó en Lobos donde le esperaban los residentes del islote, y en sucesivas semanas se seguirá prestando el apoyo necesario a estas personas.

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