ERC y PNV dan un giro

La crisis del Covid-19 deja a Sánchez sin los apoyos necesarios para la legislatura

Pedro Sánchez, durante su visita a la fábrica de respiradores en Móstoles
Pedro Sánchez, durante su visita a la fábrica de respiradores en Móstoles
EFE

Ni una crisis sin precedentes provocada por una pandemia que ya dejado miles de muertos ha servido para unir al mundo de la política. Hasta el punto de que ha ocurrido exactamente lo contrario. Las distancias entre partidos de un signo u otro que ya confrontaban habitualmente se han acrecentado en medio del coronavirus. La brecha entre derecha e izquierda también ha aumentado. E incluso los pactos entre socios se han resentido o, directamente, se han roto por decisión de unos u otros. El mejor ejemplo de esto último es Pedro Sánchez, al que sus apoyos de investidura ya han dado de lado en medio de la peor situación que ha tenido que afrontar un presidente del Gobierno en democracia. Lo que deja en el aire que pueda sacar adelante sus proyectos una vez se empiece a recuperar la normalidad. Y que incluso sea incapaz de completar la legislatura. 

El último golpe que ha recibido el jefe del Ejecutivo ha llegado de ERC, que ha rechazado por completo que haya unidad política ante la situación que se refleje en unos nuevos 'Pactos de la Moncloa'. Una propuesta que lanzó el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que además es uno de los dirigentes del PSOE más cercanos a Sánchez.  Según Esquerra, esta fórmula supondría asumir las "soluciones de las derechas", y si alguien la propone es que "no tiene memoria". Por eso, su postura es la de hacer una "salida social de la crisis" para la que instan al Gobierno a "tomar medidas más valientes" que protejan a todos los sectores de población. Y que se centran sobre todo en el sistema de salud.

Antes de los independentistas catalanes, que se alinean así con sus socios de Junts per Catalunya en el cuestionamiento a la gestión de la crisis desde el Estado, quien puso tierra de por medio con Sánchez fue el PNV. Los nacionalistas vascos se sienten "desatendidos e ignorados" por el presidente al que ayudaron a sacar adelante su investidura. Algo sorprendente si se tiene en cuenta las buenas relaciones que había entre ellos y los socialistas, que en Euskadi incluso gobiernan en coalición desde las últimas elecciones. Lo que va a complicar aún más que respalden los ya de por sí casi imposibles 'Presupuestos de reconstrucción' que quieren preparar en Moncloa. 

Esas cuentas de 'economía' de guerra a las que Sánchez ya se ha referido abiertamente necesitarían del apoyo de quienes le han apoyado hasta ahora o de los que llevan rechazando su papel desde el principio. Aquí es donde entrarían PP, Ciudadanos y Vox, que al comienzo de la crisis y tras la proclamación del Estado de Alarma anunciaron un respaldo al Ejecutivo que hasta ahora se preveía imposible. Un apoyo que se plasmó en las votaciones positivas a los decretos relacionados con la alarma que se discutieron en el Congreso. Lo que no libró al presidente de recibir numerosas críticas de Pablo Casado o Santiago Abascal, que ya empezaron a dar pistas de que esa tregua iba a durar poco. Como ha pasado finalmente. 

Por ahora, el Ejecutivo aún tiene los apoyos de los partidos minoritarios que le han sido más fieles. Es el caso de Más País, Compromís o Teruel Existe, que mantienen su respaldo a Sánchez al considerar que está dando los pasos adecuados a pesar del grave panorama social y económico que ya se vislumbra. Aun así, estos votos no son suficientes para que el Parlamento dé el visto bueno a todo lo que sale de las numerosas reuniones del Consejo de Ministros de las últimas semanas. Lo que puede suponer que se retrasen esas votaciones imprescindibles para que ciertas políticas cuenten con toda la legitimidad que requieren. Entre las que están el permiso retribuido recuperable o la moratoria para el pago de alquileres. 

El PP irá a más contra Sánchez

Los 'populares' abrieron la veda de volver al tono duro con la coalición de PSOE y Unidas Podemos hace pocos días. Según Casado, lo hacían porque no se les consultaba ninguna de las medidas que se estaban aplicando a pesar de ser el principal partido de la oposición. Además, el líder conservador se ha quejado de que lleva sin hablar directamente con Sánchez casi dos semanas, desde que se anunció la primera prórroga de la etapa de Alarma que implicaba prolongar el confinamiento de toda la población. La primera consecuencia puede plasmarse en un 'no' en el Parlamento a las normas propuestas por el Ejecutivo, como advirtió el mismo Casado. 

Pero en la sede de Génova no se van a quedar en un rechazo en el Congreso. Las fuentes del PP consultadas por La Información apuntan a un "aumento del tono" en los próximos días por la "nefasta gestión" de la crisis que están haciendo Sánchez y, como destacan expresamente, Pablo Iglesias. De hecho, la figura del vicepresidente segundo es la más contestadas entre los 'populares', ya que creen que está ganando mucho poder gracias a decisiones como incluirle legalmente en la comisión del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a través del decreto del Estado de Alarma.

El plan económico contra la pandemia también forma parte de este desencanto, ya que consideran que "va a hundir aún más al país". Unas críticas que irán siendo más severas a las que, en principio, no se sumará Casado debido a su "perfil más institucional". "Una cosa es Pablo, y otra los demás, que ahí estaremos para hacer mucha más presión", señalan las mismas fuentes del PP. Lo que significa que seguirán una estrategia similar a la que ya está desarrollando Vox, que desde hace casi dos semanas se ha volcado en denunciar que el Gobierno no está sabiendo afrontar las consecuencias de la propagación del virus. Por eso abogaron por un nuevo gobierno de concentración que sacara a Podemos del poder para así integrarse ellos mismos junto a socialistas y 'populares'. Algo que los partidos aludidos han ignorado por el momento.

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