Lo ideal sería que el desconfinamiento de la población no se haga sin saber quién está infectado, antes de que haya pasado el virus o se eviten los contagios por el momento. Eso es lo desean casi la totalidad de los países gravemente afectados por el coronavirus, que se encuentran en el brete de tener que impulsar medidas para que la gente pueda salir de sus casas aun cuando no saben la situación de cada ciudadano. Por eso, en lugares como la Comunidad de Madrid ya estudian la manera de intentar avanzar en esta cuestión. Para ello, el gobierno que dirige la región más afectada del país ha seleccionado un proyecto impulsado por un grupo de profesionales en el que se apuesta por un 'desconfinamiento inteligente', que se basa en recomendar quién puede estar en la calle o tiene que recluirse tras conocer su estado serológico a través de un test de fácil acceso y cuyos resultados se conocen en una aplicación. A través de la app se comunica a cada persona si puede salir de casa con normalidad o si debe mantener una cuarentena.
La esencia del proyecto, llamado In2tegra-M, combina la fabricación de tests rápidos de anticuerpos, que se distribuirían a la población o se venderían a un precio accesible, con una aplicación que directamente desvelaría cuál es el estado serológico de cada persona que se practique la prueba. El kit de la prueba, que se fabricaría íntegramente en España, estaría formado por un casete, tampón de goteo, lanceta y pipeta, apósitos desinfectantes, las instrucciones y una mascarilla quirúrgica. Su funcionamiento es similar a los que se realizan para determinar si hay un embarazo o los que miden los niveles de azúcar en sangre de los diabéticos. Utilizando una tira reactiva a la que habría que echar una gota de sangre, el instrumental mandaría los resultados que arrojaría a la app. Después, y en base a los algoritmos diseñados y a las criterios de los departamentos sanitarios, se generan esas instrucciones para cada afectado.
La misma app mostraría las recomendaciones sanitarias personalizadas para cada ciudadano en base al resultado obtenido en el test. Es decir, si a un paciente le sale positivo el anticuerpo IGG (el predominante en la sangre) y tiene tos seca, se le indica qué pasos debería dar. Si le sale negativo el anticuerpo IGM (el primero que se produce cuando hay una infección) pero no tiene síntomas de ningún tipo, se le recomendará otra cosa distinta. Lo que abre el abanico a múltiples posibilidades que se basan en criterios claros pero que siempre son específicas para cada uno. Esto facilita que se genere una base de datos con el historial vírico de cada paciente. Lo que se traduce, según sus creadores, en un mejor seguimiento y conociendo del estado de las personas para saber quiénes tienen que encerrarse y quiénes no.
Prevención ante futuras oleadas
Esta idea cuenta con un equipo de científicos, ingenieros o sanitarios, que son quienes la están perfilando. El promotor de la misma es el biólogo Fernando Josa Prado, que presentó la idea a un 'hackaton' (un encuentro de programadores en el que cada grupo desarrolla un software o una aplicación para que un jurado seleccione los mejores) organizado por la Consejería de Ciencia madrileña. Su objetivo es que esto se pueda utilizar en las futuras oleadas del virus de las que la comunidad científica ya está advirtiendo, con el próximo otoño marcado en rojo en el calendario. Para lo que la mejor fórmula es conocer el estado en el que está la población y así tomar las medidas necesarias para que el virus vaya atenuándose cada vez que regrese uno de sus picos.
"Lo primero que tenemos que hacer es construir nuestro prototipo de test, para lo cual necesitamos financiación", explica Fernando Josa en conversación con La Información, que señala que el siguiente paso es acertar con un tipo de prueba que sea validada por las autoridades sanitarias. "Una vez nos lo aprueben, el plan es iniciar una producción masiva de nuestros tests al menos durante los próximos dos años. El objetivo es llegar a todos los sectores de población y empresas posibles, ya que necesitamos datos de todos ellos para saber cuál es la realidad detrás de esos porcentajes que vemos día a día", añade el líder del proyecto, que apuesta por empezar "por sectores prioritarios" y que su trabajo sirva como primer paso para "hacer una criba y decidir quién requiere una segunda prueba más costosa".
Una de las colaboradoras de este equipo durante el 'hackaton' fue la microbióloga y diputada de Ciudadanos en Madrid Noelia López, que se encargó de desarrollar la parte de biotecnología. Como destacan tanto López como Josa, el 'desconfinamiento inteligente' se basa en que se desarrolle un proceso "progresivo y razonable", en el que se permita salir a las personas inmunizadas primero, a las de bajo riesgo después y a las de alto riesgo las últimas. También serviría a algunas empresas para disponer a su personal en unos puestos u otros según el estado de sus anticuerpos. "Para que el desconfinamiento sea con una base razonada y lógica, tendrá que ser asimétrico. Ni en todos los sectores ni poblaciones ha impactado igual", apunta la científica, a lo que su compañero añade que esto sirve de "medida de prevención que se hace desde la responsabilidad social".
Los miembros de In2tegra-M ya están buscando financiación, con un objetivo inicial de 30.000 euros para que puedan dar comienzo a los primeros trabajos de su prototipo de test. Según cuenta, varias compañías de biotecnología, de banca o de producción industrial ya han contactado con ellos para interesarse por su proyecto. Integrarlo en la dinámica de la Comunidad de Madrid sería fácil, ya que la app está diseñada para conectarse a la oficial de la región 'CoronaMadrid'. Un proyecto que podría seguir funcionando incluso aunque haya una vacuna el próximo año, ya que podría ser el inicio de un diagnóstico que se confirmaría a través de una PCR, que es la que determinaría quién debe vacunarse.
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