"Es inasumible"

Estupor en la peluquería: "Somos un lujo para el IVA... ¿y esenciales en una crisis?"

Peluquerías cerradas
Peluquerías cerradas
EFE

Como el resto de España, los peluqueros se concentraron frente a sus televisores la noche del sábado, a la espera de la comparecencia de Pedro Sánchez en la que se anunciaría el estado de alarma en toda España. El anuncio no llegó por sopresa, pero sí lo hizo la inclusión de sus negocios en la lista de "servicios esenciales" que tendrían que permanecer abiertos, al pie del cañón  frente a la pandemia. Si no se anuncia lo contrario, aquellos que decidan cerrar serán ellos quienes paguen la cuenta. "No deja de ser sorprendente", apunta Asun, dueña de SIX Peluquero en Logroño, "Cuando se trata de subir el IVA nos imponen un 21% porque somos un producto de lujo... ahora resulta que somos un servicio de primera necesidad".

"Nos ha pillado totalmente por sorpresa". Las palabras de Asun reflejan el sentimiento de todo el sector. Como otros muchos, ella ha decidido cerrar "por responsabilidad con mis trabajadores y mis clientas". Lo mismo opina Ester, profesional de estética en El Espinar (Segovia): "Una ducha es de primera necesidad, lavarse el pelo no". La especialista apunta a que el único motivo razonable para la directriz del Gobierno es que "así se ahorran las ayudas a un sector que cuenta con miles de locales en toda España".

La segoviana, además de una peluquería, trabaja en la residencia de su localidad. Como muchos pueblos colindantes con Madrid, el suyo ha sufrido el éxodo desde la capital: "No sé lo que esperan de nosotros", asegura, "Abro la peluquería y recibo a algún cliente que ha venido del foco de contagio en el pais... ¿y después me voy al centro de mayores a peinar a las ancianas sin ningún control?". Las restricciones difundidas, como la necesidad de mantener una distancia de seguridad entre ciudadanos de, al menos, un metro no sirven para esta profesión. "Tampoco podemos usar guantes para peinar, el calor los funde y no se puede trabajar con ellos", señala Ester.

"Somos mi hijo y yo... no puedo permitirme aplazamientos"

"Ahora es momento de tirar del carro, no de quejarse", empieza Cocnhi, profesional de estética en la ciudad de Segovia. Comparte un local con su socia por el que paga un alquiler de 800 euros al mes. La mañana de este sábado tenían todas las horas cogidas, así que decidieron abrir, pese a la preocupación que les causaba el contacto con los clientes. "A la 13:00 horas solo habían venido dos clientas... le dije a mi socia que teníamos que cerrar y me puse a buscar trabajo". "En casa somos mi hijo de 9 años y yo... no puedo cabe quedarse parada". Además de la hipoteca de la casa, la profesional tendrá que seguir pagando el alquiler de su centro de estética, mientras dure la pandemia.

"Algunos nos vamos pagando", zanja Conchi, que insta a tomar medidas "ya" y a aclarar en qué situación les deja la excepción de su gremio frente al estado de alarma que se ha impuesto en el país. Abrió su clínica hace siete años con fuertes inversiones -solo su máquina láser ya costó cerca de 60.000 euros- y "era ahora cuando empezábamos a contar con clientas de confianza, era ahora cuando íbamos comenzábamos a recuperar lo invertido". Con la expansión del coronavirus, el país quedó congelado. Ella no. El mismo sábado por la tarde había logrado un trabajo en una residencia con Cáritas: "En mi situación un mero aplazamiento de las cuotas no sirve de garantía". La profesional corta la llamada apresuradamente. En Segovia ha empezado a llover y tiene la ropa tendida. En medio de la histeria por el Covid-19, sigue habiendo imprevistos que no pueden esperar.

Díaz Ayuso: "La medida no se entiende"

Álex Lebron, presidente de la Asociación de Peluquería y Estética de Sevilla, asegura que la medida ha sido "la puntilla" a un sector en el que ya reinaba el malestar. En 2012 se les aplicó una subida del IVA al 21%. Desde entonces, han demandado volver al 10%, sin éxito. "El cine logró su rebaja y ahora las salas están cerradas... nosotros no", sostiene Lebron. Asegura que el sector no descarta actuar frente a la determinación del Gobierno, aunque ahora se encuentran a la espera de las compensaciones económicas que, previsiblemente, anunciará el Ejecutivo esta semana. 

Lebron también es propietario de una peluquería en Sevilla, donde trabaja con su mujer y otros seis empleados: "No sé cómo vamos a asumir esto". Pese a la posibilidad de mantenerse abiertos, asegura que "la gente no va a venir", y apunta que, del total de su clientela, "apenas una o dos entran dentro de ese perfil de personas dependientes que argumenta el Gobierno". Su caso no es la norma, en España la gran mayoría de las peluquerías cuentan con uno o dos empleados, por lo que la exclusión del Gobierno les supone reforzar el golpe de la crisis del coronavirus. El sector alega cuestiones de seguridad pues, "no tenemos la formación de un sanitario". "Trabajo con mi mujer que sufre una patología, le he dicho que ella no vaya a trabajar pero ¿de qué sirve si tengo que ir yo y luego vuelvo a nuestra casa?", lamenta Lebron.

La salvedad al estado de alarma, que también incluye a las lavanderías, ha hecho que la propia Comunidad de Madrid se desvíe de la hoja de ruta pautada por el Gobierno. La presidencia regional, Isabel Díaz Ayuso, rebatió la decisión: "No se entiende que los profesionales de este sector tan numeroso en Madrid, que tienen que estar piel con piel en contacto con los clientes, tengan que estar abiertos". Las razones del Ejecutivo no terminan de convencer al Gobierno regional, como tampoco al sector. Fuentes del Gobienro central apuntaron a que estos locales podrían permanecer abiertos, pese a la cuarentena nacional, por razones de higiene y por la intención de alterar solo lo mínimo posible la vida de la gente. La declaración misma del estado de alarma contrasta con este último punto, cuando los ciudadanos tienen vetadas incluso las visitas a familiares.

Mostrar comentarios